• Las entidades firmantes han presentado sendos documentos con
alegaciones al anteproyecto de ley de modificación de la ley 16/2017 con
propuestas para conseguir el objetivo compartido de reducción de emisiones de
CO2 sin que sea necesario introducir un impuesto adicional al ya existente
impuesto de circulación.
En este anteproyecto de ley,
todavía pendiente de aprobación, se estipula el establecimiento de un impuesto
adicional a los impuestos de matriculación y circulación, que fija un pago por
parte de los propietarios de vehículos en Cataluña en función de los niveles de
emisión de CO2 de sus automóviles. Los fabricantes de automóviles están
comprometidos con la reducción de emisiones de CO2 y con el objetivo de
descarbonización del parque de la Unión Europea. Sin embargo, tras una
evaluación del futuro impacto de este impuesto, las entidades firmantes
consideran que perjudica al sector y a la actividad económica de Cataluña ya
que puede producir una sensible reducción de las matriculaciones en el territorio
catalán.
Las entidades firmantes
coinciden que, en lugar de una tasa adicional, la mejor manera de conseguir
este objetivo de reducción de emisiones de CO2 es transformar el impuesto de
circulación para añadirle verdaderos criterios medioambientales, enfocados al
uso del vehículo y comunes en todos los territorios. De este modo, se evitarían
posibles distorsiones en el mercado.
En esta propuesta se plantea
un único impuesto en base a las emisiones de CO2 y en cumplimiento de las
normativas EURO, que marcan los límites de emisión de gases contaminantes (NOx
y partículas) en los vehículos. Este cambio en la fiscalidad no frena la compra
de vehículos más nuevos y eficientes, y penaliza a aquellos vehículos más
contaminantes, con el objetivo de lograr una renovación progresiva del parque
de automóviles.
En las alegaciones presentadas
al anteproyecto de ley de modificación de la ley 16/207, las entidades
firmantes proponen que hasta que sea posible la modificación del impuesto de
circulación, objetivo principal, este nuevo impuesto no debe afectar a los
vehículos nuevos proponiendo la exención para los vehículos más nuevos, de al
menos 4 o 5 años de antigüedad. Así mismo, se propone que, de ponerse en
funcionamiento finalmente este impuesto, sus ingresos deben estar enfocados de
forma integral fomentar la renovación del parque.
Mario Armero, vicepresidente
ejecutivo de ANFAC ha señalado que “es fundamental establecer las medidas y
regulaciones necesarias para alcanzar los objetivos de descarbonización
planteados desde la Unión Europea, a través de una modificación fiscal que
permita una progresiva renovación del parque automovilístico. Los vehículos más
viejos son los responsables de las mayores emisiones de CO2 y contaminantes,
con lo que es fundamental promover su achatarramiento. Las medidas fiscales han
de ser planteadas con una visión de conjunto y que respondan al grueso del
problema en todo el territorio”.
Asimismo, Marta Blázquez,
vicepresidenta ejecutiva de Faconauto, afirmó que “el nuevo tributo no
conseguiría los objetivos medioambientales que persigue, ya que penaliza la
posesión del coche, y no el uso, cargando además a los catalanes que,
precisamente, han adquirido vehículos más eficientes. Al mismo tiempo, no
aborda el verdadero problema medioambiental y de seguridad vial, que es la
antigüedad del parque. Avanzar hacia la descarbonización pasa en primer lugar
por achatarrar los coches viejos. Por otro lado, el nuevo impuesto crea otras
desigualdades territoriales, ya que los conductores de Cataluña pagarían más
que el resto por la posesión de su vehículo”.
Por su parte, Salvador
Guillermo, secretario general adjunto de Foment del Treball, indicó que “es
necesario promover la renovación de nuestro parque automovilístico -que tiene
más de doce años
de antigüedad- y contribuir a
la vez a la reducción de emisiones de CO2, pero sin perjudicar a un sector en
plena transformación del modelo de negocio. Introducir más carga fiscal en
Catalunya en absoluto favorece a la economía cuando nuestro objetivo es una
fiscalidad más competitiva. En cambio, es necesario promover un uso del
vehículo más responsable y penalizar a los que más contaminan.
Además, la renovación del
parque automovilístico contribuirá decisivamente a la mejora de la seguridad
vial. Conseguiremos, pues, al mismo tiempo dos objetivos: reducir el CO2 y la
siniestralidad”.
Igualmente, Joan Blancafort,
Secretario General de FECAVEM, destacó “la necesidad de reformar el Impuesto de
Circulación y adecuarlo de manera que responda de manera eficaz al problema
derivado de las emisiones medioambientales. Además, desde que se anunció la
entrada en vigor de este Impuesto sólo en Cataluña, muchos de los vehículos que
antes se censaban en Cataluña, ahora ya no lo hacen. Y ello afecta -no sólo a
la recaudación catalana- sino a las empresas de Cataluña que les prestan
servicios.”
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