EN
MANOS DEL FUTURO
Solo tuve que introducir el
destino en el navegador de abordo. De treinta y cinco a cuarenta minutos
dispondría para hacer un par de llamadas, repasar la agenda del día y si me
daba tiempo, leer los titulares de los principales periódicos. Me gusta leer
por los menos un par de diarios, eso sí, con distintas líneas editoriales para
posteriormente sacar mis propias conclusiones. Hay cosas en la vida que no
cambian, y el periodismo en formato digital no difiere mucho de aquel otro en
el que los tribuletes de turno informaban negro sobre blanco.
Sigo siendo de los antiguos, y
no utilizo el navegador del vehículo para hacer y deshacer mi día a día. Prefiero
la tableta para informarme de los últimos acontecimientos que han sucedido en
el mundo. Aunque a veces programo el navegador y utilizo la información por
voz, y le pido a mi asistente que me dé los titulares de las últimas noticias,
la información meteorológica, y los números premiados de la ONCE EUROPEA. A
veces, le dicto los términos de la reunión, o algún artículo que tengo en la
cabeza y ella misma me lo vuelca en la nube. Todo muy práctico. ¡Es una pasada!
Cómo ha cambiado todo. La
evolución del automóvil nos ha llevado a tener coches cuya tecnología podía
considerarse futurista hace pocos años; sistemas capaces de frenar el coche por
sí solos, otros que encienden y apagan las luces
por nosotros. También hay dispositivos que nos dicen dónde estamos y todo lo
que tenemos alrededor e incluso pueden llegar a vigilar si el conductor está
distraído o cansado. Todo obsoleto. Esos fueron los principios para que yo
ahora pueda disfrutar de un vehículo totalmente eléctrico y electrónico. Recuerdo
los vehículos con toda clases de sistemas, sensores, cámaras, radares y un
sinfín de dispositivos que les permitían saber qué ocurría y qué había a su alrededor. Si a todo esto le sumamos las
nuevas direcciones eléctricas, así como los mandos de control ‘by wire’
(digitales por cable, sin conexión mecánica) nos encontramos con una base
perfecta para el desarrollo de los coches AUTÓNOMOS actuales.
¡Qué comodidad! ¡Qué confort!
¡Qué seguridad!
Los sistemas de conducción
autónoma aprovechan esos sistemas para circular por carretera, pudiendo tomar
decisiones, cambiar de carril, adaptarse al tráfico… La evolución ha sido
genial, los controles artificiales inteligentes nos permiten toda clase de
excentricidades.
Pero lo mejor de todo es que,
¡por fin!, hemos llegado a Cero accidentes, y solo las víctimas que se producen
en la carretera son por causas naturales. Igual que si tienes una enfermedad o
un accidente doméstico. Hoy, las carreteras con los coches y las motos
autónomas son los lugares más seguros que existen.
Antiguamente, empresas, como
la norteamericana Waymo, se enfrentaban a una dura realidad en EEUU. Una
encuesta de Gallup publicada hace algunos años revelaba que el 54% de
norteamericanos aseguraban que sería "improbable" que usasen
automóviles sin conductor, y el 59% dijeron que se sentirían incómodos al
viajar en uno. ¡Cómo ha cambiado el mundo!
─ ¿Cuánto falta para llegar al
destino?
─ En dos minutos habrá llegado
a su destino.
Y es que es “un sueño hecho
realidad”.
Más allá de la distancia y
velocidad que llevan cada uno de los vehículos que están en la vía, estos coches
sin conductor son capaces de trazar las mejores rutas y tener en cuenta una
serie de variables para realizar los trayectos de forma segura.
─ El vehículo ha llegado a su
destino.
─ Bip, bip, bip, bip…
El reloj de la mesilla de
noche sonaba estrepitosamente haciendo efectivo el uso al que estaba
predestinado.
De un manotazo presioné el
interruptor y dejó de emitir el desagradable
zumbido que me hizo volver a la realidad.
Todo había sido un “bonito
sueño”. Me desperté con la esperanza y la ilusión que algún día se hiciera
realidad.
Con afecto y respeto,
Pepe Bejarano
todomotorsevilla@gmail.com
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