EL PELUCO
Descorro la azulada cortina.
Una tenue luz atraviesa las hojas acristaladas… y sigilosa, se instala en la
quejumbrosa salita herida por el frío de la gélida mañana. Las luminosas
farolas esperan la salida del sol para volver a su letargo diurno. Miro a uno y
otro lado, quiero cerciorarme del tiempo que se avecina. Gestiones ineludibles
me obligan a salir a la calle y caminar con las bajas temperaturas del viento
nordeste. Dejo detrás el edificio esquinero, el verde de las hierbas cubiertas
con una fina capa blanquecina, la escarcha en los parabrisas de los coches… En
la concurrida parada del autobús, entre bufandas, gorros de lana, guantes,
botas de piel y chaquetones, un joven muestra ufano la muñeca de su antebrazo a
otro que, con rostro complaciente y una amplia sonrisa, exclama:
—Hablando en caló, ¡qué buen peluco te has comprado!
Tengo la costumbre de no
inmiscuirme en las conversaciones de los demás, jamás se me ocurre enmendar la
plana a nadie, si ni siquiera me ha pedido opinión, así que me limité a
recordar mentalmente un artículo que leí sobre el origen de la palabra peluco y, como estamos en una columna
de opinión e información, me voy a tomar la libertad de revelarles su contenido…
Las monedas de oro españolas
de más valor, desde el siglo XVI al XIX, fueron las de ocho escudos que se
llamaban onzas. Esas monedas se
diseñaban por una cara con el escudo de armas del rey, y por la otra, con la
cruz patada —los brazos se estrechan en el centro y se anchan en los extremos—.
A partir del siglo XVIII, con el reinado de Felipe V —nieto del rey francés
Luis XIV— y la llegada de los Borbones, se sustituye la cruz por la imagen del
soberano. Como la Corte española había adoptado la moda francesa de usar ostentosas
pelucas, la efigie del monarca aparece en la moneda con ella, lo que provocó
que el pueblo llano comenzara a llamar a esas monedas peluconas.
De esa forma, las palabras pelucona y pelucón fueron utilizadas por la población para referirse a algo caro o lujoso… Como el reloj de
bolsillo era un caro artilugio que estaba al alcance de muy pocas personas, se
le denominó reloj pelucón, que
derivó en el término peluco.
Posteriormente, ese término se utilizó para nombrar cualquier tipo de reloj, y
especialmente los de pulsera… Así que peluco
es una expresión que proviene de la jerga popular, y no tiene su origen en el caló.
Como hemos mencionado en el
párrafo anterior que “las palabras pelucona y pelucón fueron utilizadas por la población para referirse a algo caro o lujoso”, sin especificar
ese “algo”, podemos tomarnos la frívola
libertad —haciendo caso omiso a la RAE que solamente alude al reloj— de llamar peluco al automóvil. No me negarán que
el precio de cualquier utilitario, si se compra nuevo, tiene algo de
prohibitivo — algo caro o lujoso—,
porque los más baratos que nos ofrece el mercado rondan los 10.000 euros.
Puestos a frivolizar, vamos a dar
un brevísimo vistazo a algunos de los modelos y precios del mercado del
automóvil, incluidos los de alta gama. Y para que los datos sean
fiables, vamos a consultar la página web Cocheando, que tiene un interesante
estudio, con puntuación, pruebas y comparativas:
El primer lugar de los
utilitarios pequeños lo ocupa el Volkswagen T- Cross 2019 con un precio de
19.000 euros; el de los medianos, el Audi Q3 2018, 24.300 euros; el de los
grandes, el Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio, desde 105.000 euros. Como hemos
dicho que sería un brevísimo vistazo, vamos a concluir con los grandes
deportivos, que sitúa en tercer lugar al Bugatti Chiron 2016, con un precio
cercano a los 3 millones de euros. Sí, han leído bien.
Teniendo en cuenta que, aún,
el buen funcionamiento de los vehículos está en nuestras manos — aunque para el
año 2030 el 20% de ellos pueden ser totalmente autónomos, según un estudio
elaborado por especialistas en posventa—, no olviden que, así como el reloj
sirve fundamentalmente para dar la hora, la función principal del automóvil es
trasladarnos de un lugar a otro… Compren el auto que les guste y que les
permita su particular economía, sin olvidar los eléctricos. Porque un vehículo
más caro puede ofrecer mejor calidad de chapa, neumáticos, amortiguación,
frenada…, pero les recuerdo que, actualmente,
todos vienen muy bien equipados en confort y seguridad, y es nuestra
actitud, correcto mantenimiento y prudencia en la conducción, la que hace a nuestro
utilitario seguro… o todo lo contrario.
Con mis mejores deseos,
saludos cordiales.
Fernando Monge
13/enero/2019
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vídeos serán muy bien acogidos en mi dirección de correo:
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