LOS REYES DE LA CARRETERA
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Mi amigo es buena persona,
responsable y gran profesional de lo suyo. En definitiva, es un hombre querido.
Estoy convencido que si tuviera mañana un accidente −Dios quiera que no− mucha
gente lo lamentaría, amigos, compañeros y sobre todo la familia harían piña en
torno a su figura, y a todo lo bueno que fue para su familia, amigos, y los
logros que llegó a conseguir en su profesión.
Con esto quiero “romper una
lanza” por todos los que creen que aquellos que se ponen delante de un volante,
y pisan el acelerador como si no hubiera un mañana, se les puede catalogar de
desaprensivos, egoístas o irresponsables.
Está claro que, dependiendo de
la profundidad de nuestro pie en el acelerador, nos convertiremos en
imprudentes o delincuentes, ya que sobrepasar los 200 km/h está considerado en
España como un delito.
La velocidad excesiva o
inadecuada sigue siendo una de las principales causas de los accidentes de
tráfico
En el 29% de los accidentes
mortales, la velocidad fue un factor concurrente.
Organismos internacionales
aconsejan que los límites de velocidad se establezcan considerando las fuerzas que
el cuerpo humano puede tolerar.
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En 2017 (último año con datos
consolidados) en ámbito DGT, 345 personas fallecieron en las carreteras en
accidentes en los que la velocidad fue uno de los factores concurrentes.
Según el estudio “Velocidad y
riesgo de accidente” realizado por International Transport Forum (ITF) el
exceso de velocidad es el principal problema que tienen los países motorizados.
Una estimación realizada para Noruega muestra que, si todos los conductores
condujeran por debajo de los límites de velocidad, el número de muertes se
reduciría en un 20% (Elvik 2011)
Ahora, de lo que se trata es
de aprender de nuestros errores, tiene que morir en la carretera un personaje
querido y conocido para concienciarnos de cuáles son nuestras responsabilidades
cuando conducimos un vehículo.
Yo no soy nadie para
recriminar a nadie desde estas páginas, solo les expongo los hechos y ahora
ustedes deciden si merece la pena dejar a nuestro libre albedrío nuestra
relación con el acelerador, por nuestro bien y por el de nuestros familiares,
amigos y compañeros y, sobre todo, por los que, a veces, ni conocemos, y sufren
nuestras consecuencias.
Con afecto y respeto,
Pepe Bejarano
todomotorsevilla@gmail.com
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