Según Aneval, la norma desconoce la
operativa y dinámica de los alquiladores
Aneval, la asociación que agrupa a los cinco grandes
exponentes del rent a car en España, señala que la Ley de Cambio Climático
aprobada recientemente por el Govern Balear y que exige que todos los vehículos
que circulen por su territorio sean eléctricos en 2050 presenta
“indefiniciones” de carácter temporal y territorial que imposibilitan llevar el
texto legal a la práctica.
Además, la asociación considera que si bien el papel
lo aguanta todo, el texto de la norma refleja un desconocimiento profundo del
funcionamiento interno de las compañías de alquiler de vehículos sin conductor,
lo cual se hace más evidente tras la propuesta del Consell Insular de Ibiza de
adelantar veinte años las exigencias de electrificación en esta isla.
Y es que la Ley marca para 2020 el objetivo de que el
2% de las compras de vehículos de los alquiladores para Baleares sean
eléctricos, obviando que las decisiones de compras no son geográficas y que el
carácter móvil de las flotas entre territorios complica cuantificar qué compras
van destinadas a operar en cada zona.
Este dinamismo es precisamente el que hace difícil
cumplir con el objetivo de que un 0,6% de flota esté electrificada en 2020 pues
supondría un “trajín” de coches entre territorios insulares y peninsulares para
responder al nivel exigido. Además, la norma no especifica en qué periodo
temporal se va a contabilizar ese porcentaje de flota eléctrica, si debe ser en
la media de todo el año o teniendo en cuenta el valor al final de cada mes, por
citar dos supuestos, y cómo deben justificarlo los operadores.
Además, desde Aneval añaden un problema de carácter
operativo y un sobrecoste para los operadores, ya que para el control y
medición de las exigencias de la Ley -una vez se resuelvan sus indefiniciones-,
deberá estandarizarse una avanzada plataforma digital para que todas las
empresas del sector cumplan los mismos niveles de exigencia y no se caiga en
agravios comparativos.
Una Ley poco realista: electrificar la flota para
dejarla parada
Por otro lado, desde Aneval consideran que la ley
balear pasa por alto un apunte importante que no es otro que la falta de oferta
real de vehículos eléctricos ante una demanda todavía incipiente y que apenas
representó el 1% del total de matriculaciones realizadas hasta abril.
De hecho, el carácter novedoso de estos vehículos y la
falta de un histórico sobre su comportamiento en el mercado de ocasión hace que
su valor residual sea toda una incógnita y se deprecien rápidamente, un riesgo
que las alquiladoras deben compensar repercutiéndolo en la cuota de alquiler,
lo que retraerá su uso entre los usuarios que acaban optando por los modelos de
combustión tradicional, con cuotas más competitivas.
Aneval recueda que si realmente lo que pretende el
Gobieno Balear es la descarbonización de la isla debe impulsar medidas
neutrales tecnológicamente, que incentiven el uso de alternativos, pero sin
discriminar por tipo de propulsión, máxime cuando un vehículo de última
generación cumple con las normativas de emisiones y anticontaminación.
En el caso concreto de la flota del rent a car, sus
vehículos se renuevan cada nueve meses y el 78% de su flota emite por debajo de
los 120 gramos por kilómetro, por lo tanto ponerles freno supone un impacto
negativo tanto para el rejuvenecimiento del parque como para el turismo, que al
ver mermadas sus opciones de movilidad reduce el gasto, impactando sobre la
actividad económica de la región.
Según el director corporativo de Aneval, Alberto
Martín, “el sector del rent a car está completamente de acuerdo con la
descarbonización, pero son necesarios unos criterios de exigencia claros y en
los que se tenga en cuenta el funcionamiento operativo de las compañías de
alquiler de vehículos sin conductor”.
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