El acicate de la victoria, la
adrenalina de la competición, la lucha por sacar el máximo partido a la
tecnología y las prestaciones… Estos valores están muy presentes en la historia
y filosofía de Peugeot desde su triunfo, en 1895, en la primera carrera de
automóviles de la historia: la París-Burdeos-París.
El León de Peugeot ha dejado
su huella tanto en competiciones en circuito, como las 24 Horas de Le Mans, las
500 Millas de Indianápolis, como en los rallies más exigentes, como el Dakar o
el Rally de Montecarlo.
Tras su experiencia en
Rallycross, en la que ha logrado 1 victoria y 9 podios en 12 carreras con el
Peugeot 208 WRX, Peugeot Sport pondrá toda su experiencia y dominio técnico en
el desarrollo de una innovadora gama de vehículos superdeportivos, con la
electrificación y las emociones al volante como platos fuertes.
La mañana del 11 de junio de
1895 se respiraba expectación en los alrededores del Arco de Triunfo de París.
Era el lugar elegido para dar la salida a una competición muy especial: la
París-Burdeos-París, una carrera en la que se medirían, por primera vez en la
historia, los automóviles, un invento curioso y relativamente reciente. Se
recorrerían un total de 1.178 kilómetros por los caminos y carreteras sin asfaltar
de la época. El piloto podía viajar con un mecánico ya que, en caso de avería o
incidencia sólo podrían resolver el problema por sus propios medios, sin
recurrir a ningún tipo de ayuda externa.
Peugeot, que había empezado su
andadura como constructor de automóviles sólo cinco años antes, no sólo venció
con un Type 7 conducido por Paul Koelchin sino que logró ocupar tres de las
cuatro primeras posiciones, además de utilizar los primeros neumáticos
hinchables, desarrollados por Michelin.
Bien entrada la “Belle
Époque”, los ingenieros de Peugeot se habían labrado una excelente reputación
preparando vehículos de carreras. Se les conocía bajo el apodo de “Los Brujos”.
Sin embargo, tuvieron que soportar el acoso insistente de un grupo de pilotos
veinteañeros que proponían avances técnicos y diseños audaces en busca de
mayores prestaciones. “Los Brujos” no creían demasiado en sus aportaciones y
les acabaron llamando con un nombre con el que acabarían pasando a la historia:
“Los Charlatanes”.
Sin embargo, sus ideas no
cayeron en saco roto: el joven ingeniero suizo Ernest Henry se las tomó en
serio y acabaría diseñando el Peugeot L76 y sus diversos derivados, que
dominarían los circuitos durante la década de 1910. El primer vehículo con
árbol de levas en cabeza empezó su palmarés imponiéndose en el Gran Premio de
Francia, pilotado por Georges Boillot, en 1912 y 1913, a lo que hay que sumar
la victoria de otro “Charlatán”, Jules Goux, en el prestigioso Gran Premio de
la Sarthe de 1912.
Precisamente, Goux, ingeniero
Peugeot desde 1910, fue el responsable de dar prestigio internacional al
Peugeot L76. En 1913, el piloto francés no sólo batió el récord de velocidad de
la media milla en el Circuito de Brooklands, en el Reino Unido, sino que cruzó
el Atlántico para conquistar la victoria en las míticas 500 Millas de
Indianápolis, iniciando una era de dominio Peugeot en el óvalo más famoso de
los deportes del motor.
El estallido de la Primera
Guerra Mundial supuso la llamada a filas de “Los Charlatanes”, pero no interrumpió
la racha de triunfos del Peugeot L76, que repitió victoria en Indianápolis en
1916 y 1919, con pilotos americanos como Dario Resta y Howdy Wilcox al volante.
El propio Resta se impuso, además, en la Copa Vanderbilt y el Gran Premio de
Estados Unidos, en 1915.
Históricamente, la Red
Comercial Peugeot ha tenido una importancia capital en el apoyo a la
competición, patrocinando jóvenes pilotos e, incluso, preparando vehículos para
su uso deportivo. El concesionario Darl’Mat, situado en pleno centro de París,
ganó una merecida reputación en los años 30 por la efectividad de sus
preparaciones basadas en modelos de la Marca. Uno de sus vehículos más
conocidos fue el Peugeot 402 Darl’Mat, que tuvo actuaciones destacadas en las
24 Horas de Le Mans, entre ellas una victoria en la categoría de 2 Litros con
el equipo De Cortanze-Cortet, abriendo el camino a nuevas victorias Peugeot
seis décadas después.
A partir de los años 60,
Peugeot hizo valer la fiabilidad, la robustez y el comportamiento en carretera
de sus automóviles para competir con éxito en los rallies. África se convirtió
en su terreno de juego predilecto. El Peugeot 404 abrió el fuego consiguiendo
cinco victorias consecutivas en el East African Rally entre 1963 y 1968. En la
década siguiente, el Peugeot 504 lograría un palmarés impresionante, con dos
triunfos en el Rally Bandama, los Rallies de Marruecos de 1975 y 1976 y las
ediciones de 1978 del Rally Safari y el Rally de Costa de Marfil. Una racha de
victorias que ha elevado a este modelo a la categoría de mito en el Continente
Negro.
En 1981, la relación de la
Marca con la competición se reforzó con la creación de Peugeot Talbot Sport,
embrión de lo que acabaría convirtiéndose en la actual Peugeot Sport. Su primer
director, Jean Todt, hizo valer las dotes de organización y los conocimientos
que distinguen a los grandes copilotos de rallies para crear una estructura
ganadora. Su experiencia en la Marca fue la mejor referencia para convertirse
en uno de los directores de escudería más laureados en la historia de la
Fórmula 1, con siete títulos de constructores y pilotos. Actualmente, es
Presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA).
El primer proyecto de la
división de competición de la Marca fue triunfar en el Campeonato Mundial de
Rallies. Su ambición se concretó en un vehículo que ha entrado en la leyenda:
el Peugeot 205 T16. Vencedor de tres pruebas mundialistas en 1984, el año de su
debut, conquistaría dos veces el Mundial, en 1985, con Timo Salonen, y en 1986,
con Juka Kankkunen. En 1987, la FIA suprimió la homologación de los Grupo B en
el Mundial de Rallies. Sin embargo, el Peugeot 205 T16 supo aumentar su leyenda
en la prueba más dura del Mundo, el Dakar, donde se impuso en 1987 y 1988,
dejando paso al Peugeot 405 T16, que dominó la prueba en 1989 y 1990. Un
palmarés que tendría su continuación en esta misma década.
Tras la épica africana,
Peugeot Sport volvió su mirada hacia los circuitos, concretamente hacia los
sport prototipos y las pruebas de resistencia. Desarrolló el Peugeot 905, que
se alzó con el Campeonato del Mundo de la especialidad en 1992 y logró un
triplete en el podio de las 24 Horas de Le Mans el año siguiente.
El cambio de siglo supuso un
regreso al Campeonato Mundial de Rallies con el Peugeot 206 WRC. Una apuesta
exitosa, que se saldó con 25 victorias en pruebas mundialistas, acompañadas de
los títulos de Constructores en 2000, 2001 y 2002 y de los Campeonatos de
Pilotos de 2000 y 2002 para Marcus Gronholm.
Para demostrar las
prestaciones y las posibilidades de la tecnología diésel HDi, Peugeot se
propuso el reto de vencer en las 24 Horas de Le Mans con un vehículo de estas
características. Los años de trabajo y preparación tuvieron su mejor recompensa
con el doblete de los Peugeot 908 HDi FAP en 2009, que estuvo acompañado de
otras victorias de renombre como los 1.000 Km de Spa, y las 12 Horas de
Sebring, en 2010 y 2011.
La Subida a Pikes Peak es una
de las carreras de montaña más famosas y espectaculares del Mundo, disputada en
Colorado, Estados Unidos. Esta cumbre mítica también está en el interminable
palmarés de Peugeot. Si Ari Vatanen venció en 1988, el francés Sébastien Loeb
lograría imponerse en 2013 a los mandos del Peugeot 208 T16 Pikes Peak,
marcando el récord de la ascensión.
Esta experiencia fue el mejor
preparativo para un ambicioso regreso al Dakar con la nueva gama SUV Peugeot.
Para ello, se reunió un auténtico “Dream Team” de los rally-raid, con el
español Carlos Sainz y los franceses Stéphane Peterhansel, Sébastien Loeb y
Cyril Despres. El dominio de la Marca en Sudamérica empezó a plasmarse con la
victoria de Peterhansel en 2016, seguida de un triplete histórico, logrado por
los galos Peterhansel, Loeb y Despres. Finalmente, Carlos Sainz lograría su
segundo triunfo en el Dakar en 2018, con el Peugeot 3008 DKR Maxi.
El Rallycross ha sido el
último gran reto competitivo de la Marca. Primero, junto a la familia Hansen,
que lleva esta disciplina en su ADN, conquistó el Mundial de Constructores en
2015. Tres años después, el Team Peugeot Total empezó su andadura oficial en el
WRX, apuntándose la victoria, con Sébastien Loeb, en la prueba mundialista
disputada en Bélgica, a bordo del Peugeot 208 WRX.
Actualmente, Peugeot Sport
trabaja activamente en el desarrollo de una revolucionaria gama de vehículos
deportivos electrificados, que combinarán altas prestaciones, placer de
conducir y bajas emisiones. Una oportunidad para ayudar a la sostenibilidad del
mundo del automóvil y consolidar su savoir-faire ante la nueva era que se asoma
en los deportes del motor.
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