Trabaja en el Centro Técnico
de SEAT y es el responsable del seguimiento del desarrollo de diferentes
modelos de la gama, como los SEAT León, Ateca y Tarraco. David Batlle lleva
casi siete años trabajando en la marca española y es uno de los artífices del
salto de calidad percibido en el nuevo SEAT Tarraco.
Habla de forma pausada y
transmite bien lo que hace, que no es fácil. Además, lo hace con modestia y sin
anotarse ningún tanto, porque su función es comprobar que todos los
departamentos hacen bien su trabajo y todo encaja perfectamente en el nuevo
modelo. Por eso concluye esta entrevista zanjando que su éxito se mide cuando
el usuario percibe que, en su conjunto, el coche representa un salto de
calidad.
Batlle procede del sector
ferroviario, donde estaba especializado en la seguridad y de ahí pasó a SEAT
para trabajar como asistente del director de desarrollo de Vehículo Completo,
en el departamento de desarrollo de Chasis; y, por último, como responsable de
coordinación de desarrollo.
¿Qué es lo más importante de
tu trabajo?
“Proporcionar el máximo agrado
de uso del coche es el éxito del departamento. Que el conductor sienta el
aplomo y la seguridad que transmite el coche, cuando cierras una puerta o
cuando utilizas cualquier sistema. Todo debe encajar de forma perfecta, debe
ser un conjunto equilibrado y homogéneo. Debemos probarlo todo antes y que se
haya revisado ese funcionamiento. Coordinamos que se hayan realizado todos esos
ajustes y que la calidad final del producto sea la que marca los altos
estándares de SEAT. No es solo una parte, lo es todo: el bastidor, la
electrónica, dinámica, pantalla, seguridad, conectividad, equipamiento… Tenemos
reuniones y hablamos con los técnicos, vemos cuándo se van a realizar las
pruebas y cuándo se van a comprobar los resultados y en función de estos
tomamos medidas si fuera necesario”.
¿Cuánto tiempo lleva hacer
algo así con un modelo nuevo como el SEAT Tarraco?
“Es complicado, porque no hay
un tiempo preestablecido, sencillamente es un trabajo que hay que hacer. No
podemos relajarnos, pero no pensamos en el tiempo, sino en la calidad. Hemos
estado bastante centrados en el SEAT Tarraco los últimos dos años, pero no en
exclusiva. El asegurarnos de que todas las innovaciones tecnológicas que llegan
a SEAT cumplan con nuestros altos estándares de calidad y seguridad, que
funcionen correctamente y conseguir que el cliente diga: “¡Qué buen coche ha
hecho SEAT!”, es el objetivo. En muchos casos somos el último eslabón y eso
supone una gran responsabilidad, pero también nos da una gran satisfacción”.
¿Cómo es el día a día en el
departamento?
“Es ilusionante, más aún
porque trabajas con todo el coche y no solo con una parte, a diferencia de
otros departamentos. Pero lo cierto es que el día a día está cargado de
reuniones, porque son muchos los sistemas a comprobar. No estamos en el I+D ni
en los departamentos experimentales, todos ellos hacen muy bien su trabajo, y
cuando nos llega a nosotros solo tenemos que comprobar y ajustar. Lo primero es
la idea, luego el desarrollo y luego las pruebas, y hacer el seguimiento a ese
desarrollo. Lo dicho, muchas reuniones con los técnicos, y muchas horas de
comprobación y pequeños ajustes, pero el resultado vale la pena”.
¿Ha habido algún reto
especialmente complicado de conseguir para el SEAT Tarraco?
“Ninguno, pero todo en su
conjunto ha sido un inspirador reto porque es el tope de la gama SUV y de SEAT
en este momento, y ese control de calidad ha sido, si cabe, aún más exigente.
Son otros los departamentos que determinan la cantidad de insonorizante o la
dureza de la dirección progresiva, por ejemplo; después, nosotros debemos
escuchar a los responsables y probar la solución para dar nuestra apreciación
de funcionamiento en su conjunto”.
Tanta electrónica de seguridad
no debe ser fácil de encajar…
“Nada es fácil. Sin duda, la
mayor complicación ha sido la enorme cantidad de sistemas de tecnología de
seguridad y ayuda a la conducción. Pero al mismo tiempo eso nos hace sentir un
gran orgullo por el excelente producto al que estamos ayudando a dar forma.
Todos los sistemas deben trabajar en sintonía y eso lleva muchas horas de
pruebas, hasta liberar funciones como el pre-crash, el emergency brake, el roll
over, etc. Son muchas piezas, sensores y tantos sistemas, que el día que
concluyes y dices “ya está”, te quedas muy relajado, es muy satisfactorio.
Después, la mayor recompensa,
diría incluso que la guinda del pastel, es justamente ver la respuesta de los
primeros probadores o los clientes cuando suben por primera vez al coche y nos
felicitan porque va perfecto. Que se sientan seguros al volante, que sea un
coche confortable, que aprecien que es robusto o que la dinámica es
excepcional. Me gusta especialmente cuando vienen y me dicen: “Habéis dado un
salto de calidad”. En los últimos modelos nos han dicho que nos hemos superado
y soy consciente de que en este caso hemos vuelto a dar un salto adelante”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Solo comentarios relacionados con la información de la página.