La asociación de transporte público Atuc concreta que este
billete equivaldría al coste de un día del abono mensual
A tres días de la entrada en
vigor del nuevo protocolo de medidas para combatir los episodios de alta
contaminación en Madrid, la asociación de transporte público Atuc propone un
“billete gris” para fomentar los viajes en autobuses, metros o trenes de
cercanías cuando se restrinja el tráfico a los vehículos privados porque el
dióxido de nitrógeno (NO2) haya alcanzado niveles nocivos para la salud de las
personas. De esta manera, la asociación, que apuesta por una movilidad
sostenible, quiere ofrecer alternativas para desplazarse durante los días en los
que se active este plan anticontaminación.
Este billete, además,
contribuiría a lograr un cambio modal por el que cada vez más gente se
decidiría a aparcar sus vehículos y a subirse al transporte público, lo que a
su vez reduciría drásticamente los niveles de contaminación. Y es que si el
tráfico causa la mitad de las emisiones registradas en los centros urbanos, más
del 90% corresponden al tránsito de coches y motos.
Y ello resulta especialmente
preocupante en España, dado que se trata de uno de los nueve países europeos
instalados en el incumplimiento sistemático de la normativa contra la
contaminación del aire, que cada año provoca unas 25.000 muertes en nuestro
país y en torno a las 400.000 en Europa.
En ningún caso gratuito
Por otra parte, Atuc considera
que el transporte público no debería ser gratuito en los episodios de alta
contaminación. Si bien este aspecto no se considera en el protocolo
anticontaminación de Madrid, pero en ocasiones surgen propuestas arbitrarias
desde el ámbito político o de la opinión pública que desvirtúan la esencia del
sistema.
La asociación arguye que el
precio no es un factor decisivo para aquellos que optan por ir en coche, máxime
teniendo en cuenta que los costes de desplazarse en vehículo privado pueden
llegar a cuadruplicar a los del desplazamiento en transporte público. Asimismo,
argumenta que la gratuidad transmite la idea de que se regala el transporte al
que causa el problema, y que no se puede premiar a quienes al día siguiente a
una jornada de restricciones al tráfico volverán a coger sus coches.
Atuc defiende que esa
gratuidad podría llegar a superar la capacidad máxima del transporte público,
que aunque sea capaz de absorber aumentos puntuales de la demanda, podría verse
desbordado por la utilización masiva de quienes, por ejemplo, habitualmente se
desplazan a pie en los trayectos cortos.
Además, según el secretario
general de ATUC, Jesús Herrero, “se perdería la percepción de valor que tiene
el sistema, por no hablar de que la gratuidad no existe y de que toda la
financiación que no pueda conseguirse por medio del pago de tarifas tendría que
ser asumida por las administraciones y, en consecuencia, por los impuestos de
todos los ciudadanos”.
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