miércoles, 19 de septiembre de 2018

VÍDEO, RADAR, LÁSER Y SONAR: ESTOS SON Y ASÍ FUNCIONAN LOS “OJOS” DE LOS MODERNOS SISTEMAS DE SEGURIDAD ADAS


Cuando se sustituye un parabrisas, hay que recalibrar las cámaras instaladas en él

Los automóviles más equipados disponen de sistemas ADAS de ayuda a la conducción, que funcionan con la información que reciben de múltiples sensores y cámaras, algunos de ellos instalados en el parabrisas.

La fusión de la información de todos los sensores por parte del “cerebro” del automóvil produce un reconocimiento fiable del entorno.

Según la DGT, si todos los automóviles llevaran sistemas ADAS, se produciría una reducción del riesgo de siniestro en España del 57%: se evitar 51.000 accidentes se evitarían o sus consecuencias se verían mitigadas significativamente.


 Los automóviles modernos equipan cada vez más sistemas de asistencia a la conducción, que incrementan notablemente la seguridad activa y suponen los primeros pasos hacia una conducción completamente autónoma. Englobados bajo las siglas ADAS (Advanced Driver Assistance Systems, por sus siglas en inglés), estos sistemas van desde el frenado autónomo de emergencia con detección de peatones, la detección de ángulo muerto o el sistema de detección de fatiga, a la alerta de cambio involuntario y de carril, el mantenimiento activo en el carril, la alerta de tráfico trasero cruzado o el reconocimiento de señales de tráfico. 

Según la Dirección General de Tráfico, si todos los automóviles llevaran sistemas ADAS, se produciría una reducción del riesgo de siniestro en España del 57%: hasta 51.000 accidentes se evitarían o sus consecuencias se verían mitigadas significativamente.

Estos sistemas necesitan de “ojos” que vean todo lo que sucede alrededor del coche y recojan esa información, para luego actuar en consecuencia y ayudar al conductor a tomar decisiones con la mayor seguridad posible. Esos “ojos” son diferentes sensores, cada uno de ellos con unas capacidades y limitaciones por su tecnología y naturaleza. Solo la combinación de la información aportada por todos ellos -denominada fusión de sensores- por parte del “cerebro” del automóvil, produce un reconocimiento fiable del entorno.

Cámaras

La inmensa mayoría de las cámaras de los sistemas ADAS están montadas en el parabrisas. Tienen la ventaja de adaptarse a diferentes tareas, reconocer colores y tener un amplio rango de 50 a 500 metros, y de hasta 180º; y las desventajas de ofrecer problemas de visión en condiciones climatológicas adversas o cuando están sucias, y de estar sujetas a ilusiones ópticas naturales. La cámara solo “entiende” lo que ha sido previamente clasificado en su software y solo mide ángulos, todo lo demás es calculado.

Los sensores de vídeo más modernos son “estéreo”, con un rango de medición 3D de más de 50 metros. Estas cámaras registran los objetos espacialmente, determinando su distancia, y reconocen espacios vacíos, gracias a diferentes algoritmos y el uso de la inteligencia artificial (IA). Con todo ello, son capaces de ofrecer un reconocimiento fiable de peatones, animales y objetos; y de leer letras y números en las señales de tráfico.

Cuando se sustituye un parabrisas, hay que desmontar las cámaras del cristal roto y montarlos en el nuevo. Una vez instalados, estos sistemas han de ser recalibrados para asegurar que funcionan con la máxima precisión y proporcionan la información correcta a los sistemas de seguridad. Carglass® se encarga de realizar el calibrado de cámaras con el uso de instrumentos de alta precisión en los talleres por parte de  técnicos especialistas formados en la materia.

Sensor de radar

El radar sirve para localizar objetos estáticos y en movimiento. Funciona enviando ondas de radar, que rebotan en los objetos del entorno del vehículo. Midiendo la velocidad relativa y la distancia de los objetos con el efecto Doppler, el retraso de los cambios de frecuencia entre la señal emitida y la recibida, y la amplitud y la fase de las señales, se determina la velocidad relativa, distancia y posición de los objetos que se encuentran en los alrededores del vehículo.

El radar tiene un alcance de 250 metros y un rango de 360º. Sus ventajas son su fiabilidad, que no le influyen las inclemencias meteorológicas y que mide todos los valores relevantes en uno (ángulo, distancia, velocidad, parámetros del material), sin necesidad de cálculos. En el lado adverso, no reconoce colores y ofrece un reconocimiento limitado de las formas. Suele estar instalado tras la parrilla delantera del vehículo.

Sensores de ultrasonidos

Son muy fiables para el reconocimiento del entorno más cercano (de hasta seis metros) y a bajas velocidades. Funcionan con la técnica del sonar (como los murciélagos), enviando impulsos ultrasónicos que rebotan en los obstáculos y cuyos ecos son analizados para obtener información. Se emplean, sobre todo, para los asistentes de aparcamiento. Estos sensores van instalados en los paragolpes.

Sensores láser LIDAR

Es el acrónimo de (Light Detection and Ranging, detección de luz y rango, por sus siglas en inglés) y se trata del único sensor que mide con precisión en 3D (distancia, posición y altura), con un alcance de alrededor de 200 metros. Sus desventajas son su elevado precio, un alcance reducido en condiciones de niebla, lluvia o cuando está sucio, que no reconoce colores –aunque sí materiales- y que tienen unas estrictas restricciones al está regulados legalmente por seguridad ocular.

Actualmente muy pocos automóviles montan este sensor, que se irá popularizando a medida que los coches ofrezcan una conducción cada vez más automatizada.

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