Los cristales sufren mucho en
verano por una combinación de factores
El 90% de la información que
recibimos al conducir nos llega a través de la vista; y el parabrisas también puede
alojar sus propios “ojos”, los sensores de los sistemas ADAS de seguridad
activa: mantenerlo limpio y en buen estado es clave para nuestra seguridad al
conducir.
En verano e invierno es cuando
más parabrisas se rompen, algo producido porque las temperaturas extremas y las
diferencias térmicas generan grandes tensiones en los cristales.
En las vacaciones de verano hay un notable aumento de desplazamientos
por carretera: la DGT prevé este año 89,3 millones durante julio y agosto. En
este periodo estival hay que cuidar al máximo el mantenimiento de nuestro
vehículo, sobre todo, en aquellos aspectos que afectan directamente a la
seguridad. El parabrisas es un elemento clave en este sentido y la Dirección
General de Tráfico vigila su estado en sus campañas de mantenimiento.
En verano, el parabrisas y
resto de cristales de un vehículo sufren especialmente por diferentes
circunstancias y desde Carglass® España queremos transmitir unos consejos
básicos de mantenimiento para tenerlo bien limpio y conducir más seguros. No
olvidemos que el 90% de la información que recibimos al conducir nos llega a
través de la vista. Ni tampoco que el parabrisas puede alojar sus propios
“ojos”, los sensores de los sistemas ADAS de seguridad, que sirven para el
correcto funcionamiento del sistema de alerta de cambio de carril o de la
frenada de emergencia, por poner dos ejemplos.
Los cristales sufren más
tensiones en verano
En verano e invierno es cuando
más parabrisas se rompen, algo producido porque las temperaturas extremas y las
diferencias térmicas generan grandes tensiones en los cristales. Esas
condiciones pueden favorecer que un impacto se convierta en una rotura
irreparable y que un parabrisas dañado, acabe rajándoseen un momento u otro. Por
estos motivos, si el parabrisas ha sufrido un impacto hay que acudir al taller
lo antes posible. Carglass® recomienda reparar el parabrisas, siempre que sea
posible, antes que sustituirlo. Un parabrisas reparado recupera el 100 por 100
de sus condiciones y rigidez original, lo que se ha demostrado en numerosos
estudios independientes.
Carglass® también ofrece un
repelente del agua que cae sobre el parabrisas. Este producto también es muy
útil en verano, pues consigue que los insectos y la suciedad se adhieran menos
al cristal, facilitando su limpieza.
Lluvia de insectos
En esta época del año hay más
insectos y es inevitable que muchos acaben estampados contra el parabrisas. Sus
restos sobre el cristal son difíciles de limpiar, pero hay que hacerlo con regularidad
para no comprometer la visibilidad ni dañar las escobillas. Es muy importante
llevar un nivel adecuado de líquido limpiaparabrisas, pues cuando vamos en
marcha y un insecto choca con el cristal, puede dejar una gran mancha que
dificulte la visibilidad. Si en ese momento no llevamos líquido en el depósito,
los limpiaparabrisas expandirán la mancha y veremos todavía menos, creándose
una situación de peligro.
Dos consejos sobre este punto.
Usar los limpiaparabrisas con líquido cuando llevamos el sol de cara hará que
no veamos casi nada durante unos segundos por el efecto de los rayos sobre el
líquido y la suciedad, efecto que se acentúa con el desgaste de los limpias.
Por otro lado, aunque pueda parecer que un ‘chaparrón’ ocasional sirve para
limpiar el parabrisas, en muchas ocasiones solo lo ensucia aún más pues las
nubes suelen estar cargadas de polvo en esas fechas. Si, además, usamos las
escobillas cuando la luna no está limpia del todo, extenderemos esa suciedad.
Una vez en casa, podemos
humedecer una toalla con agua y algún jabón o producto de limpieza doméstico, y
dejarla actuando durante la noche: limpiar el parabrisas al día siguiente será
mucho más fácil con los restos ya ablandados. Emplear cepillos de cerdas suaves
o, en su defecto, un paño blando con el que se pueda ejercer presión sin dañar
el cristal, es básico para una buena limpieza. Para el parabrisas se puede
utilizar un poco de bicarbonato de sodio en un paño de microfibra en el caso de
manchas muy acusadas.
El polvo y la arena
La sequedad y altas
temperaturas hacen que se levante más polvo y arena en el ambiente. Además, las
grietas del asfalto se dilatan por el calor y en ellas se acumula polvo, que
los automóviles levantan a su paso. Por otro lado, si aparcamos el coche cerca la
playa, lo recogeremos al final del día cubierto por una capa de arena.
En estas situaciones no hay
que activar los limpiaparabrisas, que podrían dañarse y rayar los cristales; ni
tampoco los elevalunas, por el mismo motivo. La respuesta de manual sería
limpiar el coche con aire y agua a presión, algo que en el mundo real es casi
imposible de hacer en el parking de una playa. Lo que sí se puede hacer es
llevar en el coche una garrafa llena de agua, para retirar la mayor parte de la
arena de los cristales y poder conducir con seguridad antes de acometer una
limpieza profundidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Solo comentarios relacionados con la información de la página.