sábado, 24 de febrero de 2018

CEDA EL PASO


                             EL CONSUMO DE ALCOHOL


En la actualidad, la droga más consumida en nuestro entorno sociocultural es el alcohol, que nos causa, además de los problemas de salud, serios trastornos de conducta que pueden desembocar en accidentes laborales, siniestros de tráfico o malos tratos. Hay que tener en cuenta que su consumo tiene doble acción: euforia inicial y, a continuación, depresión del sistema nervioso central que adormece progresivamente el funcionamiento de los centros cerebrales superiores.


Como todos sabemos, el consumo de alcohol forma parte de nuestra cultura, y no habrá acontecimiento social que no vaya acompañado de la consiguiente degustación de alguna copita de vino perteneciente a la múltiple variedad que conforma la riqueza vitivinícola de nuestra geografía hispana. No se concibe que en las celebraciones de bodas, bautizos…, y  en las reuniones de amigos o familiares falte la típica cervecita. Y consideramos como lo más normal del mundo que la fiesta termine con un brindis achampanado, y que se prolongue con algún combinado de bebidas destiladas.

Con estos argumentos, no pretendo aguar la fiesta a nadie. Más de una vez, he sido copartícipe de alguno de esos acontecimientos, y  creo, que si no desembocan en la desmesura, pueden servir para fomentar las relaciones sociales con las correspondientes tertulias, comentarios, reencuentros…  Y es indudable, además, que el consumo moderado de un buen vino es una delicia para nuestro paladar.

Mi intención es, haciendo honor al medio divulgativo en el que me encuentro, concienciar a los conductores de que el consumo de alcohol y la conducción son incompatibles. No cabe la excusa de que si se consume en dosis pequeñas no pasa nada. Si vamos a utilizar el coche, por nuestro bien, el de nuestras familias y el del conjunto de la sociedad, aparquemos el consumo de alcohol o cedamos la conducción a otra persona que se encuentre sobria.
Aunque cuando conducimos, después de ingerir alcohol, no somos conscientes de la disminución de facultades, sino todo lo contrario —el efecto de euforia nos sube el ego—, agravándose el problema cuanto mayor es el consumo, veamos algunas de las mermas que nos ocasiona esta droga:

-      Apreciación inexacta de las distancias
-      Disminución del campo visual
-      Aumento del tiempo de reacción en situaciones peligrosas
-      Perturbación del sentido del equilibrio
-      Dificultad para percibir el color rojo…

Si todo esto no nos parece suficiente, tengamos en cuenta que si tenemos un accidente, y damos positivo en el control de alcoholemia, la compañía aseguradora de nuestro coche no se hará responsable de los daños, además, puede haber repercusiones penales, retirada del permiso de conducir y hasta ingreso en prisión.
Pues, a pesar de todo eso, el 40% de los fallecidos en accidentes de tráfico en España consumió alcohol o cualquier otra droga… ¡Increíble! ¿Vedad?

Familia de TODOMOTOR, un cordial saludo.

Fernando Monge

24/febrero/2018

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