sábado, 30 de diciembre de 2017

CEDA EL PASO



LA CIRCULACIÓN Y EL PROGRESO



Desde hace muchos años, la circulación de vehículos y personas por la vía pública es algo tan normal para nosotros que nadie se plantea, a estas alturas, si es bueno o malo, simplemente es así. Todos los días, cuando nos levantamos y salimos a la calle, nos vemos inmersos en ella.

Si cogemos el coche para ir al trabajo o para desayunar, por poner un ejemplo, ya formaremos parte del tráfico rodado. Pondremos el automóvil en marcha e iremos  cumpliendo con las normas que están recogidas en el código de la circulación: parar en los semáforos, en los pasos de cebra y siempre que la situación lo requiera. Si decidimos caminar, también nos meteremos en la vorágine circulatoria. Tendremos que atravesar la calzada, respetando las normas que los peatones debemos cumplir. Y desde hace algún tiempo, incluso andando por la acera, hay que tener cuidado con la presencia de ciclistas. Da igual que el espacio por el que nos desplazamos cuente, o no, con carril bici.

Como todos los días nos llegan noticias alarmantes: que los accidentes de tráfico se han convertido en una lacra social, que son la mayor causa de muerte juvenil en todo el mundo; nos quejamos del peligro y la inquietud que supone, en nuestro deambular cotidiano, el tránsito de vehículos.

Si después de lo anteriormente expuesto, nos planteamos que, con este invento, hemos perdido todos… Es opinable. Es que un mundo sin circulación vial sería idílico, dirán algunos. Un mundo sin ruidos, sin accidentes de tráfico, sin estrés…, dirán otros que comparten la misma opinión, sería un prodigio.

Pero en la civilización, ya en el siglo XXI, el progreso no tienen vuelta atrás. El progreso es avance y perfeccionamiento. No estamos, por tanto, ante un fenómeno social, sino ante algo común, natural y lógico. En todas las civilizaciones, una de las prioridades ─sociales, técnicas, económicas o científicas─ es progresar. Por consiguiente, debemos tratar la cuestión desde una óptica más positiva. Todos los años salvan la vida muchísimas personas que han sido trasladadas a centros hospitalarios con el tiempo suficiente para ser atendidas. La movilidad circulatoria nos da la oportunidad de acceder a centros de trabajo, de enseñanza, de investigación…

Y como es cierto que todo funciona mejor si está bien regulado: es de sentido común la divulgación de campañas para estimular la utilización del transporte público, evitando así el uso innecesario del coche; es de sentido común la revisión y puesta a punto del vehículo, para nuestra seguridad y para beneficio del medio ambiente; y, en definitiva, es de sentido común la aplicación de todas  las medidas necesarias para que el tráfico no sea una inevitable y permanente pesadilla.

Ya en el ecuador de las fiestas navideñas, se multiplicarán los desplazamientos en toda la red vial, y será el momento de extremar las precauciones para evitar  accidentes que puedan ensombrecer las entrañables reuniones familiares: no coger el coche si hemos ingerido alcohol o cualquier otra droga, no superar los límites de velocidad establecidos, no iniciar adelantamientos peligrosos, no manipular alimentos u objetos que puedan distraer nuestra atención en la carretera o en la ciudad… Porque no cometer imprudencias es una saludable manifestación de progreso.

Familia de TODOMOTOR, feliz Año Nuevo
Fernando Monge
30/diciembre/2017
fmongef@gmail.com

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