Las grandes marcas como Volkswagen, BMW, Daimler y Honda,
etc. están impulsando abiertamente los
coches de propulsión eléctrica (eléctricos puros o híbridos) que hoy apenas
suponen un 4% del mercado europeo actual ; antes también lo hicieron Volvo y
Jaguar-Land Rover; Toyota lleva décadas promocionando sus híbridos y Nissan
acaba de renovar el Leaf, el primer eléctrico puro de gran serie cuyo prototipo
lanzó allá por 2009.
Volkswagen, que es líder en
automóviles de propulsión convencional, combustión, también quiere serlo en el campo de los
eléctricos, prevé invertir 20.000 millones de euros de aquí a 2030 en
desarrollar esta tecnología e invertirá otros 50.000 millones más para los dos
millones de baterías que necesitará en ese momento.
"No me atrevo a decir
cuándo los coches a baterías serán una alternativa a los convencionales"
aseguraba semanas atrás Peter Martens, máximo responsable de I+D en Audi (
grupo Volkswagen); y también Carlos Tavares, al frente del Grupo PSA señalaba,
dubitativo: "La decisión de
apostar por los eléctricos no la hemos tomado nosotros, sino los políticos"
.
Seamos prudentes y sensatos;
el día en que todos los proyectados coches eléctricos (puros) estuvieran
rodando, no quedaría energía eléctrica ni para encender una bombilla; mucha
gente cree que la electricidad sale de esas cosas que hay en las paredes (los
enchufes). Se olvidan de que, un incremento tan enorme de la demanda de energía
eléctrica obligaría a incrementar las centrales generadoras, muchas de las
cuales funcionan consumiendo carbón, petróleo o gas es decir produciendo
elevados niveles de emisiones; por eso, cabe preguntarse si no sería mejor
primero conseguir la generación de
energía eléctrica mediante sistemas más limpios y luego popularizar los coches
que para funcionar, tengan que utilizar la energía eléctrica..
A título de ejemplo, un
vehículo a eléctrico necesita 20 kilowatios hora para cubrir 100 kilómetros. Si
la electricidad se ha generado en una central de carbón, las emisiones de CO2
en ese momento son mayores que las de un vehículo con motor de combustión
interna durante 100 kilómetros y el doble de las que emita uno que utilice el
gas natural; pensemos que la generación de electricidad por centrales
nucleares, no contaminantes en cuanto al CO2, está siendo cuestionada por
bastantes países que anuncian que van a
proceder a cerrar las que se encuentran funcionando y desde luego no autorizar
ninguna nueva, el llamado "parón nuclear".
Más sobre Volkswagen BMW
Honda Volvo Toyota Por ello y a pesar de todo,
en el Salón de Fráncfort, se ha hecho una notable defensa del motor diésel incluso por aquellos
que apuestan entusiásticamente por los automóviles eléctricos.
Los motores diésel Euro 6
son tan limpios como los de gasolina, de hecho, en comparación con un motor de
gasolina de un vehículo híbrido, a igualdad de cilindrada emiten menos CO, CO2
e hidrocarburos sin quemar, las mismas partículas y sólo 0, 02 gramos más de
NOx por kilómetro y, tomando la media
europea en cuanto al origen de la energía eléctrica, emiten menos CO2 que los
de esta tecnología. "No estamos ni mucho menos al final de la era de los
motores de combustión", añadía esta semana Ralf Speth, CEO de Jaguar-Land
Rover, aunque su propia compañía haya prometido versiones electrificadas de
todos sus coches a partir del año 2020.
Hoy día los coches
eléctricos más numerosos son los híbridos ; es decir, coches cuya propulsión se
realiza mediante doble motorización: un motor de combustión y otro eléctrico.
Los eléctricos puros que no cuentan con motor de combustión, tienen emisiones cero,
deben enchufarse a la red para la recarga de las baterías y sus prestaciones,
entre otras su autonomía, son
notablemente inferiores; además de que
todavía resultan mucho más caros que el resto por lo que comercialmente
resultan mucho menos atractivos para el gran público.
Resolver estos importantes
condicionantes es lo que impulsa a las marcas a las cuantiosas investigaciones
en I+D+i.Aunque la gran revolución puede llegar con los combustibles
sintéticos, que capturan CO2 durante su producción y, por tanto, pueden hacer
que los vehículos que los usen sean neutros en carbono. La alemana Bosch
trabaja en ellos y se estima que para
2050 podrían estar operativos.
En definitiva, ahora mismo,
acabar con los coches de gasolina y diésel y reemplazarlos por eléctricos -que
requieren mucha menos fuerza laboral- es una utopía además por los miles de
empleos que se perderían: sólo en Alemania, más de 700.000 personas se podrían
ir al paro, sumando fabricantes e industria auxiliar.
La generalización de la
propulsión eléctrica pura todavía está condicionada por el tema de las
prestaciones y coste de las baterias así como por la necesidad de proveer todo
un sistema de asistencia técnica a los usuarios desde una red de cargadores
accesibles, distribución y logística de las baterías y en general todo lo que significa una
atención post venta especializada para los previsibles millones de usuarios que
en su día lo necesiten.
Los vehículos híbridos,
reflejan, en definitiva la incapacidad hoy de la solución del motor eléctrico
como único propulsor de los coches y se van imponiendo lentamente en algunos
nichos de mercado en los que son verdaderamente apreciados.
Fuente:F.J.de C
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