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Este verano he realizado un recorrido
en automóvil de casi 7.000 km en carreteras de todo tipo, desde el sur de España
al Norte de nuestro vecino Francés. Visitando durante el mismo el centro de
Francia, de Este a Oeste, disfrutando de su espectacular patrimonio, en
particular el de los Castillos en la Ribera del Loira.
Y lo que me gustaría contaros es
básicamente lo que llevo diciendo desde el primero de mis artículos, la
relación que existe entre Normas y Educación, lo primero que me llamó la
atención, fue los diferentes límites de velocidad y la diferencia entre estos,
desde 30 KM por hora en determinados pueblos, travesías que sorprendentemente para
algunos, que seguro son de los que no me leen, se respetaban dicho límite,
vamos de ir andando, o en bicicleta, os hago una pequeña parada para comentaros
esto; familias enteras disfrutando del paseo en bicicleta, y cuando digo
familias enteras hablo desde niños/niñas de 6-7 años hasta personas mayores con
una salud envidiable de, seguro pasados los 70, como os decía desde los
lentitos 30 km hasta el de 130 km por hora que “se disfrutaba en las autopistas”
que “curiosamente” también se respetaba.
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¿Sorprende? Sí, pero es mi viaje…
otros contaran otro.
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A ver tengo un “límite de
ingenuidad”, y lo estoy sobrepasando, siempre saltará el maleducado, el que se
cuele, el que no respete las normas, en este viaje me ha costado verlo, eso sí.
A modo de conclusión os diré, que
no sé si es un problema de educación o de sanción, quizá sea la debida
combinación de los dos, ya que tenemos que partir de una EDUCACIÓN en mayúsculas,
y luego educación vial, pero también es verdad, que si no se imponen medios coercitivos,
que consigan que si se incumplen las normas se pueda sancionar de manera
expeditiva y ejecutar las mismas de manera rápida y eficaz, al final
percibiremos su inutilidad. Y tendemos a ser vagos en el cumplimiento.
Pese a que exista ese maleducado,
ese que incumple las normas, se salta los límites, aparca en zona de
minusválidos, aspiremos a ser mayoría los que cumplimos, por el mero hecho de
cumplir, de hacer lo correcto, incluso aunque no esté el Policía a nuestro lado
para sancionarnos (modo ingenio nuevamente activado…), la mayoría de
cumplidores es lo que nos diferencia y define. Si fuera filósofo, lo llamaría
la ética del cumplimiento.
Este artículo lo escribí a mitad de agosto, os diría más, “descansando, en plenas vacaciones”, pero actualizando el mismo para publicarlo, me encuentro con una noticia que una vez más me entristece:“La Fiscalía General del Estado lamenta que la LOMCE no aborde adecuadamente la seguridad vial en los colegios”http://www.lasexta.com/noticias/sociedad/fiscalia-general-estado-lamenta-que-lomce-aborde-seguridad-vial-colegios_2016091057d3ec230cf29063b1bb7ebc.htmlEn fin.Mark Twain. Popular escritor, orador y humorista estadounidense 1835-1910 |
domingo, 10 de septiembre de 2017
LA OPINIÓN de José Luis Vilaplana PUBLICADO 18 de Septiembre 2016
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