El 45% de los accidentes
podrían prevenirse si los conductores
estuviesen suficientemente atentos.
En la base de muchos errores
humanos que preceden al accidente se encuentra una atención inadecuada. Según
datos de la DGT, las estadísticas sugieren que al menos un 45% de los
accidentes podrían prevenirse si todos los conductores implicados estuviesen
suficientemente atentos a los eventos críticos que se producen antes de suceder
al accidente.
Desde FESVIAL, su presidente,
Luis Montoro, advierte sobre algunas conductas y factores de riesgo
sobrevenidos, no reglados, relacionados con el factor humano, de los que no se
suele hablar y que representan la cara oculta de muchos accidentes de tráfico.
Estos son algunos de los
factores o situaciones a tener en cuenta, además del uso del cinturón de
seguridad, o casco en las motos, respetar los límites de velocidad, no
distraernos con el móvil mientras estamos al volante y evitar el consumo de
alcohol o drogas:
1.- Alerta del conductor y
fatiga. En un estudio que realizamos con 200 conductores a los que pusimos
electrodos para medir su actividad cerebral mientras conducían descubrimos
varios detalles como que un conductor fatigado duplica el número de
distracciones, aumenta su tiempo de reacción, comete más errores y mira los
retrovisores y las señales de tráfico cuatro veces menos que un conductor
descansado.
Hay que poner especial alerta
si conduciendo notamos que nos vamos hacia el centro de la carretera, nos
movemos mucho en el asiento, se nos duermen los brazos, cambiamos de velocidad
de manera innecesaria, notamos picor de cabeza o no recordamos lo que ha pasado
en los últimos kilómetros. Son claros síntomas de que estamos bajo los efectos
de la fatiga. Lo siguiente puede ser el accidente.
2.- Evitar la somnolencia en
autopistas y autovías. Es muy importante efectuar una parada para descansar
cada hora y media o dos horas, especialmente si conducimos por autovías y
autopistas, para evitar el fenómeno hipnosis que aparece cuando conducimos
durante un tiempo prolongado por entornos altamente seguros y predecibles, es
importante tener en cuenta que nuestro de nivel de alerta puede experimentar
descensos.
A nivel subjetivo, las manifestaciones de este
fenómeno se perciben como una sensación de adormecimiento de la que el
conductor no es consciente. A nivel conductual, el conductor es perfectamente
capaz de continuar con la tarea de conducir mientras no se produzcan cambios
notables en la vía, lo que proporciona un falso sentido de seguridad al no ser
el conductor consciente de haber disminuido su atención.
3.- El descanso presenta un
efecto diferente en función de la cantidad de tiempo que se haya estado
conduciendo anteriormente. Tras conducir ininterrumpidamente más de tres horas,
la recuperación no es tan marcada como si se descansa tras conducir alrededor
de dos horas, donde el descanso si es eficaz.
4.- Horario de ruta. Es un
error grave y frecuente medir el trayecto en tiempo y no en kilómetros, y
ponerse una hora fija de llegada al lugar de destino final, ya que si se ve que
ésta previsión no se cumple, los conductores tienden a incrementar las conductas
de riesgo, en especial la velocidad y los adelantamientos peligrosos.
5.- Los momentos de mayor
riesgo. Es importante saber que hay más riesgo de accidentes de tráfico en las
salidas vacacionales que en el regreso, debido a la fatiga con que muchas veces
se comienza el viaje. Son especialmente peligrosos los kilómetros finales del
trayecto, cerca del destino. Ello se debe a la acción acumulada de la fatiga y
hechos, poco mencionados, como el aplazamiento de necesidades fisiológicas
hasta llegar al destino. Esto da lugar a un fuerte estrés y precipita las
conductas de riesgo.
6.- Las horas de más peligro
de accidente. Hay que evitar conducir entre las dos y las cuatro de la tarde y
durante la noche. Por la noche es mucho mayor la posibilidad de sufrir un accidente,
especialmente entre las dos y las cinco de la madrugada y al amanecer. Los
accidentes nocturnos son mucho más graves que los diurnos, en parte debido al
sueño y en parte a que durante la noche se pierde más de un 70 % de la visión.
Además, en caso de siniestro, por la noche el rescate es más complicado.
7.- Discutir mientras se
conduce.Hay muchos estudios que indican que las situaciones de estrés fuerte
como un divorcio, la pérdida de un ser querido o un despido laboral, pueden
duplicar la posibilidad de un accidente grave. También sabemos que las
discusiones cuando se conduce son un grave riesgo: alteran la atención,
incrementan el estrés y la agresividad, aumenta el tiempo de reacción y puede
disminuir nuestra percepción del entorno en más de un 50%.
8.- Atentos al de delante:
siempre alerta. En las grandes salidas vacacionales y el verano, las
retenciones son frecuentes y ello da lugar a alcances en cadena verdaderamente
brutales y que pueden ser muy graves si no se lleva correctamente el reposacabezas.
Un golpe a solo 50 Km/h ejerce una fuerza en nuestro cuello de entre 180 y 300
kg.
9.- El efecto mirón ante un
accidente o avería suele ser otro desencadenante de alcances. También cuando el
vehículo que va delante frena bruscamente al ver un radar, fijo o móvil, y luego al pasarlo
aceleran… La única manera de evitar estos accidentes es mantener la distancia
de seguridad.
10.- Carreteras secundarias:
un extra de atención. Con la proliferación de las autopistas y autovías, los
conductores desconocen en muchas ocasiones los peligros de las carreteras
secundarias. En estas vías los riesgos son muchos e impredecibles y por ello se
requiere un extra de atención y alerta. De todos los peligros de las vías
secundarias uno de los más graves es el del adelantamiento, una maniobra que
cada vez se practica menos y que es extremadamente peligrosa. En un choque
frontal a 80 km/h el riesgo de muerte es ya de un 70 por 100. Además un dato
preocupante: casi un 20% de los conductores reconoce haber acelerado alguna vez
cuando se les adelantaba.
11.- Los conductores
ocasionales:un peligro en verano. Es este un hecho muy importante del que se
habla poco. Hay aproximadamente un 53% de losconductores que utilizan el coche
a diario. Frente a estos hay un 41 por 100 que conduce de forma ocasional.
Estos conductores tienen un 40 % más de posibilidades de tener un accidente,
especialmente en verano, por la falta de costumbre del uso del vehículo y por
su poca práctica en las situaciones de riesgo habituales del tráfico.
Desde FESVIAL se subraya que
es bueno tener carreteras inteligentes, excelente tener coches inteligentes,
pero esto de nada nos va a servir si no tenemos conductores inteligentes y bien
preparados, porque en las manos del conductor estará siempre la decisión última
para evitar o provocar un accidente de tráfico.
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