No existe una solución única
para la movilidad del mañana. Uno de los motivos de esta afirmación es que en
el desarrollo de sistemas de propulsión ecológicos deben tenerse en cuenta las
diversas demandas a la hora de transportar a personas y mercancías que se
producen en las distintas regiones del mundo. Otro motivo es que considerar las
emisiones locales de los vehículos no es suficiente. La movilidad sostenible
solo puede tener éxito cuando los conceptos de propulsión se miden con respecto
a toda la cadena energética. Además, proporcionar la energía al vehículo
requiere almacenarla en función de la demanda. Todas estas consideraciones
tienen como resultado una amplia variedad de sistemas de propulsión para los
que Schaeffler desarrolla soluciones apropiadas.
El vehículo eléctrico atraviesa la ciudad sin apenas emitir ruidos. La
batería ofrece una autonomía de más de 500 kilómetros. En carretera, genera
cero emisiones. La batería se carga con rapidez utilizando un cable de alimentación
o por inducción mientras el vehículo está aparcado o incluso cuando se
encuentra en movimiento. Para mucha gente, este es el mejor escenario para la
movilidad del futuro. El problema de la movilidad se habrá resuelto una vez que
se hayan superado los retos que plantean los vehículos eléctricos: autonomía
adecuada, carga rápida y coste de adquisición asequible. Aunque, según
Schaeffler, este es solo un elemento en la movilidad del mañana. “Los vehículos
eléctricos básicamente pueden satisfacer las necesidades de las personas de
movilidad personal en zonas urbanas”, afirma el Prof. Peter Gutzmer, Director
Tecnológico de Schaeffler. “Sin embargo, no solo el concepto de propulsión de
un vehículo es de crucial importancia. Igual de importante es el modo en el que
se genera y almacena la energía necesaria para la propulsión. De lo contrario,
existe el riesgo de que las emisiones de CO2 simplemente se trasladen de un
lugar a otro”.
Los expertos se refieren al
concepto “well-to-wheel” (del pozo a la rueda) al tener en cuenta toda la
cadena energética. Se trata de un método que permite investigar la cantidad de
emisiones de CO2 que se generan en toda la cadena de procesos de la locomoción,
desde la producción y el almacenamiento de la energía hasta su conversión en
energía cinética. De acuerdo con los cálculos realizados por Schaeffler, un
vehículo eléctrico todavía emite hasta un 65 por ciento de la cantidad de CO2
de un vehículo comparable con un motor de gasolina, basándose en la mezcla de
electricidad actual en la Unión Europea. En cambio, si las baterías de un
vehículo eléctrico se cargan con un 100 por ciento de electricidad generada a
partir de fuentes renovables, sus emisiones de CO2 se reducirán hasta solo un
tres por ciento en comparación con las de un vehículo convencional.
Esto muestra claramente que la
movilidad sostenible solo será posible cuando la energía primaria para la
locomoción proceda de fuentes renovables como la energía eólica, la energía
solar, la energía hidroeléctrica o la energía geotérmica. Schaeffler aporta
tecnología y conocimientos a la expansión constante de estas fuentes de
energía. Para los fabricantes de turbinas eólicas, por ejemplo, Schaeffler
desarrolla componentes y rodamientos de baja fricción y alto rendimiento para la
transmisión y ayuda a los operadores con servicios que permiten realizar un
diagnóstico remoto y un mantenimiento predictivo de los sistemas. Para
desarrollar fuentes de energía adicionales, Schaeffler, junto con sus socios,
está inmersa en una investigación que busca planteamientos completamente
nuevos, como indagar en la cuestión de cómo generar electricidad de forma
sostenible, y sobre todo de una forma eficazmente predecible, mediante plantas
eléctricas undimotrices y mareomotrices.
Antes de que la energía
eléctrica pueda llegar a un automóvil tiene que almacenarse. De nuevo, tampoco
existe un planteamiento único sobre el almacenamiento. La electricidad puede
utilizarse no solo para cargar una batería, sino también para producir
hidrógeno mediante electrólisis. Posteriormente, en el vehículo, este hidrógeno
puede reconvertirse en electricidad, tal vez para propulsar un coche eléctrico.
Por eso los ingenieros de Schaeffler también investigan sobre cómo una pila de
combustible puede funcionar con la máxima eficiencia, por ejemplo revistiendo
las llamadas “placas bipolares”, que forman el núcleo de cualquier pila de
combustible. Una importante desventaja de la tecnología de hidrógeno es la
actual falta de infraestructura. Alemania, por ejemplo, solo cuenta con unas
pocas decenas de estaciones para repostar hidrógeno en la actualidad, y su
número también sigue siendo muy bajo en todo el mundo. Sin embargo, una red
nacional de estaciones de repostaje es el requisito fundamental para un
despliegue con éxito de esta tecnología de propulsión.
Pero la electricidad
procedente de fuentes renovables también puede utilizarse para producir gas
natural sintético o combustible líquido sintético. Es posible producir un
sustituto del combustible diésel basándose en “electricidad verde”, los
llamados gases de síntesis se producen utilizando energía eléctrica y
posteriormente se sintetizan en varios pasos de proceso. Bajo ciertos
requisitos, los combustibles de diseño resultantes pueden ser casi neutros en
CO2 en toda la cadena energética y estar disponibles en la red existente de
estaciones de repostaje para propulsar los motores de combustión interna de los
vehículos. “El motor de combustión interna seguirá siendo un elemento
importante en el transporte de personas y mercancías”, destaca Gutzmer. “Esto
no solo se refiere a turismos sino, sobre todo, a vehículos comerciales, barcos
y aviones para los que en un futuro próximo no habrá una alternativa eléctrica
viable con baterías”.
Este vistazo a toda la cadena
energética muestra que no existe una única solución para la movilidad del
mañana. Por ello, Schaeffler desarrolla una amplia gama de sistemas y
componentes para distintos requisitos. Además de la optimización adicional del
motor de combustión interna convencional y la transmisión que lo acompaña, los
ingenieros de Schaeffler están trabajando en soluciones para electrificar la
transmisión, en la interacción óptimamente coordinada del motor de combustión
interna y el motor eléctrico para vehículos híbridos, y en sistemas de
accionamiento eléctrico eficientes y a medida para vehículos eléctricos.
“El mundo de la movilidad del
mañana será tan diverso como las personas que quieran ser desplazarse”, comenta
Gutzmer. Buscando un planteamiento integral que tenga en cuenta toda la cadena
energética y desarrollando soluciones que se ajusten a la perfección,
Schaeffler está trabajando activamente para modelar este nuevo mundo de la
movilidad.
Conocimientos técnicos a lo
largo de toda la cadena energética: La movilidad sostenible solo puede tener
éxito cuando los conceptos de propulsión se miden con respecto a toda la cadena
energética. Además, proporcionar la energía al vehículo requiere almacenarla en
función de la demanda. Todas estas consideraciones tienen como resultado una
amplia variedad de sistemas de propulsión para los que Schaeffler desarrolla
soluciones apropiadas.
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