La capitana de la selección
española femenina afronta el que podría ser su último Mundial
Tricampeonas de Europa, las
conocidas como ‘Leonas’ lucharán por el título en Irlanda a partir del 9 de
agosto
Son
las siete de la tarde y Aroa González acaba de terminar un partido de la liga
nacional de rugby que ha jugado con su club, el INEF Barcelona. Juega en la
posición de talonadora, la misma que desempeña como capitana de la selección
española femenina, conocida como las ‘Leonas’. Con el tiempo justo para
ducharse y cenar, esta catalana natural de L’Hospitalet de Llobregat se
desplaza a la fábrica de SEAT en Barcelona, donde a las diez de la noche
empieza su jornada laboral. Semana a semana y durante más de una década, la
capitana ha compaginado su pasión por el rugby y la competición de élite con su
trabajo.
“El rugby me lo ha dado todo,
ha marcado lo que soy. Me ha dado muchos valores que me han servido en la
vida”. Éstas son la palabras de una jugadora referente del rugby femenino
español, tras el último entrenamiento de la selección en Madrid antes de su
debut en el Mundial de Irlanda, un torneo que reúne a las mejores 12
selecciones del mundo y que dará su pistoletazo de salida el próximo 9 de
agosto.
Con el número dos en su dorsal
es la líder de las quince ‘leonas’ que componen el equipo nacional. Este felino
es el que lucen en la camiseta de la Federación Española en señal de su fuerza.
Y por azar, Aroa también lo lleva impreso en su carrera laboral: participa en
la fabricación del SEAT León en el taller de Prensas de SEAT en Barcelona.
La capitana es la jugadora que
ha disputado más partidos oficiales con la selección, un total de 69. Ha sido
tres veces campeona de Europa, ha participado en tres mundiales y ha logrado
una tercera plaza en el torneo VI Naciones. El Mundial es el trofeo que le
falta en su palmarés: “Ésta será probablemente mi última competición con España
y el reto es llevar el equipo a lo más alto”, confiesa.
Casi 200 partidos y un motor
incombustible
Aroa lleva 24 años jugando al
rugby. Empezó a los 14 años, cuando descubrió este deporte de la mano de su
profesor de tecnología del instituto, que para motivar a sus alumnas, les
ofreció subir nota si practicaban esta disciplina. Ya había debutado con la
selección nacional cuando a los 23 años empezó a trabajar en SEAT. “Lo que me
llena es el deporte, pero sobre todo poderlo compaginar con mi trabajo. En SEAT
me gustaría poder llegar a lo más alto y en el rugby llegar a ser campeona del
mundo”, explica. Durante dos décadas ha disputado un total de 192 partidos de
liga nacional y una media de 22 encuentros por temporada.
Cifras de campeonato: 60
campos de rugby y 11.500 impactos al día
Dentro y fuera del terreno de
juego, las cifras que rodean a esta mujer también son de campeonato. Soporta
hasta 35 impactos de placajes por partido, mientras en el taller de Prensas, el
ritmo de golpes es de 11.500 al día para convertir las placas de acero en
partes de la carrocería del León con las prensas hidráulicas, cuyos moldes
pesan 50.000 kilos. Todo ello en un espacio, el de la planta de Zona Franca,
que con 30 hectáreas es equivalente a 60 campos de rugby.
Sin duda, afirma, la
resistencia y la fuerza son esenciales en este deporte, aunque no es lo único
que importa: “Cuando compites en el extranjero te das cuenta que no sólo es
importante ser de las más fuertes, sino que necesitas utilizar la
inteligencia”, resalta.
La fuerza de una melé
Ocho jugadoras participan en
las melés, empujando todas a una. La unión y el trabajo en equipo también son
imprescindibles en el taller para cumplir con la producción diaria, ya que un
total de 38.500 piezas salen sin descanso cada día de la línea. “Igual que en
el campo necesitamos la ayuda unas de las otras, en el taller el trabajo en
equipo también es muy importante”, asegura la catalana.
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