La llegada del mes de
septiembre es inminente y, con ello, un gran número de personas pondrán punto y
final a las vacaciones de verano. Un periodo estival en el que los vehículos
acumulan un kilometraje extraordinario consecuencia de los diversos viajes
realizados, por lo que es necesario llevar a cabo un mantenimiento básico del
coche que, de no ejecutarlo de manera correcta, puede desembocar en una gran
avería y su consecuente desembolso económico.
Repostar gasolina en un coche diésel.
Puede parecer una tontería e incluso impensable que esto pueda llegar a pasar.
Pero a veces, ya sea porque vamos con prisas o pensando en otras cosas, resulta
muy sencillo equivocarse de manguera o surtidor y repostar el combustible
erróneo. Un descuido como éste puede ser fatal para el vehículo. Si nos damos
cuenta a tiempo y aún no nos hemos puesto en marcha, basta con llamar a la grúa
del seguro para que un mecánico extraiga el combustible y listo. Pero si ya
hemos arrancado el vehículo e iniciado el rumbo, pronto notaremos su mal
funcionamiento y hemos de prepararnos para reparaciones costosas. El coste de
reparar este despiste varía desde los 200 euros por un simple vaciado y
limpieza, hasta los 2.500 por un cambio de camisas, pistones, bielas y un largo
etcétera.
Agua en el depósito del
combustible. Éste es un problema que no ocurre muy a menudo, pero requiere
fijar especial atención en ello para resolverlo de manera inmediata. Su origen
puede ser por no haber cerrado bien la tapa superior de combustible o que
entrara agua durante el último repostaje. Las consecuencias pueden ser fatales
provocando la oxidación del depósito, daños en el filtro e inyectores de
combustible o incluso arruinar el pivote del inyector. La reparación de este
descuido puede suponer entre los 200 por el vaciado y limpieza hasta los 3.000
euros por reparar la rotura de bomba inyectora, los inyectores, la rotura de
culata, etc.
Exceso de aceite en el motor.
Muchos llevan a rajatabla ese típico dicho de "cuánto más, mejor",
pero en el caso del aceite del coche esto es contraproducente. El exceso de
aceite en el motor puede llevar a que éste salpique a los cilindros y por
consecuencia se queme más aceite de lo normal, pudiendo alcanzar la cámara de
combustión. También, un excedente de aceite ocasiona que éste se airee
demasiado, convirtiéndose en una especie de espuma que hará que el motor no se
engrase lo suficiente, llevando a un sobrecalentamiento del mismo y bloqueos.
Si se detecta a tiempo basta con vaciar el exceso de aceite cuyo coste es de
unos 40 euros, pero si ya ha afectado a piezas claves para el funcionamiento
del vehículo la reparación puede llegar incluso a los 1.500 euros.
Sin aceite en el motor. Tan
malo es el exceso como quedarse sin aceite en el motor. Gracias al uso del
aceite lubricante, las piezas móviles del motor pueden soportar grandes
esfuerzos sin sufrir fundiciones, roturas o fisuras por culpa del rozamiento o las
elevadas presiones. Controlar asiduamente los niveles de aceite previene de
graves daños y el coste medio de un cambio de aceite es de unos 75 euros,
dependiendo del modelo del coche. Pero cuando el motor se queda sin aceite y no
nos hemos molestado en revisarlo, todas esas piezas que son vitales para su
funcionamiento pierden su lubricación, lo que ocasiona los rozamientos y la
subida de temperaturas que acaban con la rotura y gripado del motor. En este
caso, la reparación es muy costosa, que en ocasiones lleva a la sustitución del
motor. Dependiendo de las piezas afectadas el coste puede superar los 3.500
euros.
Quedarse sin líquido
refrigerante. Este elemento es vital si queremos que el motor de nuestro coche
siga con vida. El líquido refrigerante, como bien indica su nombre, sirve para
refrigerar el motor y que éste no se sobrecaliente, evita la corrosión, lo
protege de las bajas temperaturas exteriores si es anticongelante, y también
previene las formaciones calcáreas. Lo mejor es revisar con asiduidad los
niveles del líquido refrigerante y si es necesario, rellenarlo tiene un coste
medio de 70 euros, según el vehículo. En cambio, si no prestamos atención a que
el depósito nunca se quede sin este líquido puede suceder todo lo contrario a
lo anteriormente descrito y tendremos que decir adiós a nuestro motor, éste se
caliente y puede ocasionar la rotura de la culata. En esta ocasión, la
reparación dolerá mucho al bolsillo pues su coste podría alcanzar los 3.000
euros.
Fuente: ElEconomista
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