X-ADV, espuesta como 'concept' en el Salón de Milán de 2015 bajo
la denominación City Adventure, que terminó materializándose y llegando al
mercado un año después.
La X-ADV es difícil de encuadrar en un segmento
concreto, aunque Honda la encaja en su gama Adventure, pero podríamos definirla
como una todocamino de dos ruedas.
Su aspecto exterior sugiere
que es un scooter, su motor bicilíndrico en
paralelo de 745 cc, transmisión secundaria por cadena, rueda delantera de 17
pulgadas, un asiento más elevado y un manillar más ancho, denotan claramente
que estamos ante una moto, diferente a todas cuantas hemos visto hasta ahora,
pero indudablemente una moto.
Honda llevaba tiempo indagando
en busca de algo nuevo. Así llegó la Integra, muy próxima por concepto a un
scooter, pero sin llegar a serlo. Y las NC750S y NC750X, motos genuinas. La
búsqueda ha continuado y cogiendo lo bueno de aquí y de allá ha surgido la
X-ADV, que cuenta con el mismo bastidor multitubular de estas motos e idéntico
motor. Y se ha redefinido el diseño dando lugar a una moto con cualidades
urbanas por su agilidad, confortable y eficaz en los viajes, y divertida en su uso
por carretera. Y, además, sus neumáticos permiten salir a explorar caminos,
dentro de unos límites, evidentemente.
Cambio automático o manual.
Es una moto, no un 'scooter'
Su estética hace que resulte
inevitable comparar algunos detalles con los de un scooter. Tiene un generoso
hueco bajo el asiento en el que cabe un casco integral, amplias plataformas
donde reposar los pies –y los estribos del pasajero también son grandes-, y el
freno trasero se acciona con la maneta izquierda, como un scooter. Pero es una
moto.
Si se piensa en la moto como
si fuera un scooter, la posición de conducción de la X-ADV es más elevada que
la que se tiene en un maxiscooter, y por tanto el dominio visual desde el
asiento es mayor. Esto le confiere una extraordinaria sensación de seguridad.
Su ancho manillar y la estabilidad del conjunto, sin flaneo ni movimientos
originados desde el tren trasero, de menor diámetro (15 pulgadas) pero con una
generosa medida de 160 mm, permiten pisar con seguridad sobre el asfalto en
cualquier situación, seco o mojado, porque el agarre de los Bridgestone de
origen es excelente.
Y el hecho de que haya freno
motor, que retenga al cortar gas, también ayuda a la hora aproximarse a zonas
viradas, sin vacíos ni inercias. Por tanto, las sensaciones son excelentes. Se
tiene completa constancia de que estás sobre una moto.
Transmisión de doble embrague
Desde que en 2009 Honda
lanzara su VFR 1200 con transmisión de doble embrague (DCT), este sistema ha
ido equipando a un gran número de modelos de la marca, y la X-ADV no ha sido
ajena a este beneficio. Es una seña familiar que la conecta con modelos de
diferentes gamas, y permite disfrutar de las ventajas del cambio automático en
una moto.
En el caso de la X-ADV, ofrece
su uso en cambio manual o automático, que funciona en dos modos, Direct y
Sport, y dentro de éste hay tres submodos que modifican la entrega de potencia
y el desarrollo sin perder ni uno solo de sus 54,8 CV de potencia. Todo se
controla desde el puño del gas, de forma sencilla y con un simple conmutador, y
se puede cambiar de un modo a otro en marcha, sin tener que detenerse.
La palanca del freno de
estacionamiento.
El modo Direct es ideal para
el uso urbano, porque ofrece una entrega inmediata a bajo régimen, perfecto
para salir con ventaja de los semáforos. El moto Sport permite intervenir de
forma manual y subir o bajar marchas según nos interese, usando los pulsadores
situados en el puño izquierdo. Sin intromisión humana, el sistema estira el
régimen de giro con alegría y vigor hasta el punto idóneo para el cambio de
velocidad, que se produce de forma suave y sin tirones. Igualmente, al cortar
gas y bajar el motor de un determinado régimen, reduce una velocidad, y resulta
extremadamente eficaz en carreteras reviradas porque permite una conducción
fluida, en la que casi no es necesario tocar los frenos.
Si se quiere ser más incisivo,
basta con recurrir al uso manual para tener el control del cambio,
especialmente al bajar marchas. Y no hay peligro de sobrerégimen, porque el
sistema no permite reducciones cuando considera que el cambio de velocidad
puede hacer que el motor gire demasiado alto de vueltas.
Cómoda y ágil
La postura de conducción es
excelente, y el asiento, a dos alturas, es cómodo y confortable. El pasajero
también disfruta de una posición idónea, lo que invita a hacer muchos
kilómetros sobre la X-ADV. La extraordinaria cobertura de su parabrisas,
regulable en altura de forma manual, y los “paramanos” ofrecen un nivel de
protección más que notable, al nivel de las mejores ruteras, por lo que es una
buena opción para viajar. ¿A qué ritmo? El que tú quieras marcarte. Te
sorprenderá hasta dónde estira el motor.
La altura del asiento (820 mm)
puede parecer algo elevada, pero no lo es tanto. Un usuario de talla media –yo
mido 1,76 m- llega sin problemas al suelo. La altura libre al suelo es de 162
mm, lo que invita a usarla en caminos con confianza, pero ojo, no es una moto
de campo. Basta con echar un vistazo al cárter, que asoma por los bajos,
expuesto y sin protección. Y es así porque no tiene sentido someterla a
determinadas heroicidades en uso 'off road'. Una plancha de duraluminio de 2,5
mm protege los colectores de los escapes, pero el cubrecárter es vulnerable.
Sus neumáticos responden bien fuera de “lo negro”, pero siempre que nos
mantengamos en un ritmo de paseo.
Sistema ABS poco intrusivo.
El recorrido de las
suspensiones, ajustables en precarga, es suficientemente largo y ofrece una
respuesta suave, acorde con la sensación de confort que ofrece la moto. El tren
delantero tienen frenos de primer nivel: doble disco de 296 mm, con pinzas de
anclaje radial y discos flotantes.
Se declara un peso en orden de
marcha de 238 kilos, pero en absoluto parece una moto de más de 200 kilos de
peso. El centrado de masas y su bajo centro de gravedad le confieren una
sensación de ligereza que sorprende. El depósito de combustible, al que se
accede por una trampilla independiente delante del asiento, está más cerca del
tren delantero y contribuye al centrado de masas. Tiene 13,1 litros de
capacidad. Este es otro de los puntos fuertes de la X-ADV: el consumo. Honda
anuncia unos idílicos 3,63 litros/100 km. Y no andan descaminados: combinando
su uso en ciudad con autovía y puertos en carreteras secundarias, sólo y con
pasajero, mi consumo se quedó en 4,31 litros/100 km. Eso nos da una autonomía
próxima a los 300 kilómetros. Sobresaliente.
Ficha técnica
Motor: dos cilindros en
paralelo.
Potencia máxima: 54,8 CV a
6.250 rpm.
Par máximo: 68 Nm a 4.750 rpm.
Cilindrada: 745 cc.
Dimensiones: 2.245 x 910 x
1.375 mm.
Distancia entre ejes: 1.590
mm.
Neumáticos: 120/70 R17 delante
y 160/60 R15 detrás.
Depósito de combustible: 13,1
litros.
Peso en orden de marcha: 238
kg.
Precio: 11.500 euros.
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