lunes, 14 de agosto de 2017

HONDA X-ADV



 X-ADV, espuesta como 'concept' en el Salón de Milán de 2015 bajo la denominación City Adventure, que terminó materializándose y llegando al mercado un año después.

 La X-ADV es difícil de encuadrar en un segmento concreto, aunque Honda la encaja en su gama Adventure, pero podríamos definirla como una todocamino de dos ruedas.






Su aspecto exterior sugiere que es un scooter, su motor bicilíndrico en paralelo de 745 cc, transmisión secundaria por cadena, rueda delantera de 17 pulgadas, un asiento más elevado y un manillar más ancho, denotan claramente que estamos ante una moto, diferente a todas cuantas hemos visto hasta ahora, pero indudablemente una moto. 

Honda llevaba tiempo indagando en busca de algo nuevo. Así llegó la Integra, muy próxima por concepto a un scooter, pero sin llegar a serlo. Y las NC750S y NC750X, motos genuinas. La búsqueda ha continuado y cogiendo lo bueno de aquí y de allá ha surgido la X-ADV, que cuenta con el mismo bastidor multitubular de estas motos e idéntico motor. Y se ha redefinido el diseño dando lugar a una moto con cualidades urbanas por su agilidad, confortable y eficaz en los viajes, y divertida en su uso por carretera. Y, además, sus neumáticos permiten salir a explorar caminos, dentro de unos límites, evidentemente.

Cambio automático o manual.
Es una moto, no un 'scooter'
Su estética hace que resulte inevitable comparar algunos detalles con los de un scooter. Tiene un generoso hueco bajo el asiento en el que cabe un casco integral, amplias plataformas donde reposar los pies –y los estribos del pasajero también son grandes-, y el freno trasero se acciona con la maneta izquierda, como un scooter. Pero es una moto.
Si se piensa en la moto como si fuera un scooter, la posición de conducción de la X-ADV es más elevada que la que se tiene en un maxiscooter, y por tanto el dominio visual desde el asiento es mayor. Esto le confiere una extraordinaria sensación de seguridad. Su ancho manillar y la estabilidad del conjunto, sin flaneo ni movimientos originados desde el tren trasero, de menor diámetro (15 pulgadas) pero con una generosa medida de 160 mm, permiten pisar con seguridad sobre el asfalto en cualquier situación, seco o mojado, porque el agarre de los Bridgestone de origen es excelente.
Y el hecho de que haya freno motor, que retenga al cortar gas, también ayuda a la hora aproximarse a zonas viradas, sin vacíos ni inercias. Por tanto, las sensaciones son excelentes. Se tiene completa constancia de que estás sobre una moto.
Transmisión de doble embrague
Desde que en 2009 Honda lanzara su VFR 1200 con transmisión de doble embrague (DCT), este sistema ha ido equipando a un gran número de modelos de la marca, y la X-ADV no ha sido ajena a este beneficio. Es una seña familiar que la conecta con modelos de diferentes gamas, y permite disfrutar de las ventajas del cambio automático en una moto.
En el caso de la X-ADV, ofrece su uso en cambio manual o automático, que funciona en dos modos, Direct y Sport, y dentro de éste hay tres submodos que modifican la entrega de potencia y el desarrollo sin perder ni uno solo de sus 54,8 CV de potencia. Todo se controla desde el puño del gas, de forma sencilla y con un simple conmutador, y se puede cambiar de un modo a otro en marcha, sin tener que detenerse.

La palanca del freno de estacionamiento.
El modo Direct es ideal para el uso urbano, porque ofrece una entrega inmediata a bajo régimen, perfecto para salir con ventaja de los semáforos. El moto Sport permite intervenir de forma manual y subir o bajar marchas según nos interese, usando los pulsadores situados en el puño izquierdo. Sin intromisión humana, el sistema estira el régimen de giro con alegría y vigor hasta el punto idóneo para el cambio de velocidad, que se produce de forma suave y sin tirones. Igualmente, al cortar gas y bajar el motor de un determinado régimen, reduce una velocidad, y resulta extremadamente eficaz en carreteras reviradas porque permite una conducción fluida, en la que casi no es necesario tocar los frenos.
Si se quiere ser más incisivo, basta con recurrir al uso manual para tener el control del cambio, especialmente al bajar marchas. Y no hay peligro de sobrerégimen, porque el sistema no permite reducciones cuando considera que el cambio de velocidad puede hacer que el motor gire demasiado alto de vueltas.
Cómoda y ágil
La postura de conducción es excelente, y el asiento, a dos alturas, es cómodo y confortable. El pasajero también disfruta de una posición idónea, lo que invita a hacer muchos kilómetros sobre la X-ADV. La extraordinaria cobertura de su parabrisas, regulable en altura de forma manual, y los “paramanos” ofrecen un nivel de protección más que notable, al nivel de las mejores ruteras, por lo que es una buena opción para viajar. ¿A qué ritmo? El que tú quieras marcarte. Te sorprenderá hasta dónde estira el motor.
La altura del asiento (820 mm) puede parecer algo elevada, pero no lo es tanto. Un usuario de talla media –yo mido 1,76 m- llega sin problemas al suelo. La altura libre al suelo es de 162 mm, lo que invita a usarla en caminos con confianza, pero ojo, no es una moto de campo. Basta con echar un vistazo al cárter, que asoma por los bajos, expuesto y sin protección. Y es así porque no tiene sentido someterla a determinadas heroicidades en uso 'off road'. Una plancha de duraluminio de 2,5 mm protege los colectores de los escapes, pero el cubrecárter es vulnerable. Sus neumáticos responden bien fuera de “lo negro”, pero siempre que nos mantengamos en un ritmo de paseo.

Sistema ABS poco intrusivo.
El recorrido de las suspensiones, ajustables en precarga, es suficientemente largo y ofrece una respuesta suave, acorde con la sensación de confort que ofrece la moto. El tren delantero tienen frenos de primer nivel: doble disco de 296 mm, con pinzas de anclaje radial y discos flotantes.
Se declara un peso en orden de marcha de 238 kilos, pero en absoluto parece una moto de más de 200 kilos de peso. El centrado de masas y su bajo centro de gravedad le confieren una sensación de ligereza que sorprende. El depósito de combustible, al que se accede por una trampilla independiente delante del asiento, está más cerca del tren delantero y contribuye al centrado de masas. Tiene 13,1 litros de capacidad. Este es otro de los puntos fuertes de la X-ADV: el consumo. Honda anuncia unos idílicos 3,63 litros/100 km. Y no andan descaminados: combinando su uso en ciudad con autovía y puertos en carreteras secundarias, sólo y con pasajero, mi consumo se quedó en 4,31 litros/100 km. Eso nos da una autonomía próxima a los 300 kilómetros. Sobresaliente.
Ficha técnica

Motor: dos cilindros en paralelo.
Potencia máxima: 54,8 CV a 6.250 rpm.
Par máximo: 68 Nm a 4.750 rpm.
Cilindrada: 745 cc.
Dimensiones: 2.245 x 910 x 1.375 mm.
Distancia entre ejes: 1.590 mm.
Neumáticos: 120/70 R17 delante y 160/60 R15 detrás.
Depósito de combustible: 13,1 litros.
Peso en orden de marcha: 238 kg.
Precio: 11.500 euros.

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