El sector se queja de que los
14 millones han sido insuficientes y de la farragosa tramitación
El Gobierno dio luz verde al
Plan Movea a finales de junio con un presupuesto de 14,26 millones de euros,
destinados a dar ayudas a la compra de vehículos nuevos impulsados por energías
alternativas -eléctricos, de pila de hidrógeno y a gas- y para la instalación
de puntos de recarga para automóviles eléctricos.
A raíz del anuncio las marcas
comenzaron a cerrar contratos de vehículos eléctricos a la espera de que se
pudieran tramitar las solicitudes.El pasado 3 de agosto se abrió la tramitación
vía online a través de la web www.movea2017.es. En sólo dos días, el presupuesto
se agotó por completo. Ayer, dicha web avisaba de la no disponibilidad de
fondos y de que si se solicitaba una ayuda entraría en reserva, a la espera de
una posible liberación de fondos de alguna solicitud que no cumpliera con los
requisitos y fuera desestimada.Así, el sector se queja de una dotación de
fondos insuficiente y de una «farragosa tramitación», pues uno de los
condicionantes: la entrega del vehículo eléctrico nuevo en menos de 10 días
«será difícil de cumplir en muchos casos», explica Arturo Pérez de Lucia,
director general de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del
Vehículo Eléctrico (Aedive). Y sobre la cuantía de los fondos afirma que «poco
hay que decir cuando no han durado más de dos días desde que se abrió la
aplicación para hacer las reservas».Desde 2010, los sucesivos Gobiernos han
incentivado la compra de vehículos eléctricos. Ha habido un Plan Movele dotado
con 10 millones y dos ediciones del Plan Movea con 16,6 millones y 14,26
millones. Una apuesta escasa de 40 millones de euros si se tiene en cuenta que
sólo la última edición del Plan Pive contó con 225 millones de euros.
El Pive
consistía en una ayuda pública de 750 euros para la compra de un vehículo nuevo
si se entregaba uno viejo de más de 10 años.Lo único claro (ver gráfico
adjunto) es que con ayudas a la compra de coches eléctricos, las ventas se
elevan automáticamente. De ahí que desde el sector se reclame una continuidad y
un plan estratégico para fomentar la implementación de un vehículo eléctrico.
Eso sí, a diciembre de 2016, el parque circulante de vehículos eléctricos en
España era de 19.037 unidades según los datos de Anfac, la patronal de los
fabricantes, mientras que el parque móvil total según la Dirección General de
Tráfico el año pasado fue de 32,1 millones de vehículos.Ahora el caballo de
batalla son los 50 millones de euros para la ayuda de los vehículos eficientes
que se detallan en una partida del Ministerio de Energía. Durante el debate de
los Presupuestos Generales del Estado en mayo, el ministro de Economía,
Industria y Competitividad, Luis de Guindos, dijo que dicha dotación serviría
para «el nuevo programa de fomento para la adquisición de vehículos de bajas
emisiones o movidos por energías limpias, fundamentalmente eléctrica. Este
programa unirá el Movea y el antiguo Pive».De Guindos confirmó además que este
programa único «contará a partir del último trimestre del año con 50 millones
de euros».Falta por conocer entonces cuáles serán las condiciones y los
vehículos nuevos que se podrán acoger a las nuevas ayudas. El temor de los que
abogan por el coche eléctrico radica en que el Gobierno continúe fomentando
vehículos diésel y de gasolina, dado que los impulsados por estos combustibles
que cumplen la normativa de emisiones actual de la Unión Europea (Euro6) son
calificados por los fabricantes como «los más eficientes de la historia».
Además, los fabricantes insisten en que no se debe matar al diésel de forma
súbita dado que, sólo en Alemania, da empleo a 800.000 personas.Desde Aedive se
pretende hacer ver al Gobierno que un plan de incentivos con 50 millones que
abarque también a los vehículos nuevos diésel y gasolina, no serviría para el
fomento del vehículo eléctrico. Primero por su escasez de presupuesto y segundo
porque la mayoría de los compradores se inclinarían por la opción más barata
que no es precisamente el coche eléctrico.Desde Aedive, Pérez de Lucía insiste
en que el vehículo eléctrico no sólo es beneficioso para reducir la
contaminación de las ciudades sino también económicamente. «Se está produciendo
una deriva en el automóvil hacia el eléctrico. Habrá 70 nuevos modelos
electrificados en los próximos años y España, como octavo productor mundial de
automóviles debe optar a estas adjudicaciones». De la misma opinión son los
fabricantes de automóviles: «Un mercado doméstico débil, no facilita las
adjudicaciones de nuevos modelos». Sin olvidar el negocio generado por las
infraestructuras de recarga.
El sector se queja de que los
14 millones han sido insuficientes y de la farragosa tramitación
El Gobierno dio
luz verde al Plan Movea a finales de junio con un presupuesto
de 14,26 millones de euros, destinados a dar ayudas a la compra de
vehículos nuevos impulsados por energías alternativas -eléctricos, de pila de
hidrógeno y a gas- y para la instalación de puntos de recarga para automóviles
eléctricos.
A raíz del anuncio las marcas
comenzaron a cerrar contratos de vehículos eléctricos a la espera de que se
pudieran tramitar las solicitudes.El pasado 3 de agosto se abrió la tramitación
vía online a través de la web www.movea2017.es. En sólo dos
días, el presupuesto se agotó por completo. Ayer, dicha web avisaba de la no
disponibilidad de fondos y de que si se solicitaba una ayuda entraría en
reserva, a la espera de una posible liberación de fondos de alguna solicitud
que no cumpliera con los requisitos y fuera desestimada.
Así, el sector se queja de una
dotación de fondos insuficiente y de una «farragosa tramitación», pues uno de
los condicionantes: la entrega del vehículo eléctrico nuevo en menos de 10 días
«será difícil de cumplir en muchos casos», explica Arturo Pérez de
Lucia, director general de la Asociación Empresarial para el
Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico (Aedive). Y sobre la cuantía de
los fondos afirma que «poco hay que decir cuando no han durado más de dos días
desde que se abrió la aplicación para hacer las reservas».
Desde 2010, los sucesivos
Gobiernos han incentivado la compra de vehículos eléctricos. Ha habido un Plan
Movele dotado con 10 millones y dos ediciones del Plan Movea con 16,6
millones y 14,26 millones. Una apuesta escasa de 40 millones de
euros si se tiene en cuenta que sólo la última edición del Plan
Pive contó con 225 millones de euros. El Pive consistía en
una ayuda pública de 750 euros para la compra de un vehículo
nuevo si se entregaba uno viejo de más de 10 años.
Lo único claro (ver gráfico
adjunto) es que con ayudas a la compra de coches eléctricos, las ventas se
elevan automáticamente. De ahí que desde el sector se reclame una continuidad y
un plan estratégico para fomentar la implementación de un vehículo eléctrico.
Eso sí, a diciembre de 2016, el parque circulante de vehículos eléctricos en
España era de 19.037 unidades según los datos de Anfac,
la patronal de los fabricantes, mientras que el parque móvil total según
la Dirección General de Tráfico el año pasado fue de 32,1
millones de vehículos.
Ahora el caballo de batalla
son los 50 millones de euros para la ayuda de los vehículos eficientes que se
detallan en una partida del Ministerio de Energía. Durante el
debate de los Presupuestos Generales del Estado en mayo, el
ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos,
dijo que dicha dotación serviría para «el nuevo programa de fomento para la
adquisición de vehículos de bajas emisiones o movidos por energías limpias,
fundamentalmente eléctrica. Este programa unirá el Movea y el antiguo Pive».
De Guindos confirmó además que
este programa único «contará a partir del último trimestre del año con 50
millones de euros».
Falta por conocer entonces
cuáles serán las condiciones y los vehículos nuevos que se podrán acoger a las
nuevas ayudas. El temor de los que abogan por el coche eléctrico radica en que
el Gobierno continúe fomentando vehículos diésel y de gasolina, dado que los
impulsados por estos combustibles que cumplen la normativa de emisiones actual
de la Unión Europea (Euro6) son calificados por los
fabricantes como «los más eficientes de la historia». Además, los fabricantes
insisten en que no se debe matar al diésel de forma súbita dado que, sólo en
Alemania, da empleo a 800.000 personas.
Desde Aedive se pretende hacer
ver al Gobierno que un plan de incentivos con 50 millones que
abarque también a los vehículos nuevos diésel y gasolina, no serviría para el
fomento del vehículo eléctrico. Primero por su escasez de presupuesto y segundo
porque la mayoría de los compradores se inclinarían por la opción más barata
que no es precisamente el coche eléctrico.
Desde Aedive, Pérez de Lucía
insiste en que el vehículo eléctrico no sólo es beneficioso para reducir la
contaminación de las ciudades sino también económicamente. «Se está produciendo
una deriva en el automóvil hacia el eléctrico. Habrá 70 nuevos modelos
electrificados en los próximos años y España, como octavo productor mundial de
automóviles debe optar a estas adjudicaciones». De la misma opinión son los
fabricantes de automóviles: «Un mercado doméstico débil, no facilita las
adjudicaciones de nuevos modelos». Sin olvidar el negocio generado por las
infraestructuras de recarga.
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