El número de
víctimas asciende a 1.138, por las 1.131 de todo 2015
El
mal resultado se rozó en años previos y se ha confirmado sin que acabe 2016:
por primera vez en 12 años, se rompe la tendencia a la baja en el número de
fallecidos en accidentes. Hasta ayer jueves, los datos provisionales recogen 1.138 fallecidos, 27 por encima
de la cifra de la misma fecha de 2015 y siete más que en todo el pasado año
La cifra, por desgracia, se incrementará porque restan casi
todas las vacaciones de Navidad, para las que están previstos 16,7 millones de
desplazamientos.
No por esperada, la noticia ha librado a la DGT y al Gobierno
-que ya han venido avisando de la necesidad de crear un Pacto de Estado sobre
este asunto- de un fuerte varapalo. Falta
de autocrítica o desidia política han sido algunas acusaciones de asociaciones
de víctimas como DYA o partidos políticos como el PSOE
Otros,
caso de Pons Seguridad Vial, creen que las variaciones en las cifras son tan
pequeñas que no permiten juzgar estas políticas. Aunque pidan que se cambien
aspectos como los límites de velocidad en carretera y ciudad.
Mientras, Tráfico
sigue buceando en la historia de cada accidente para encontrar algo inusual que
explique el repunte.
Eso y el discurso que se viene repitiendo. A saber: que han aumentado los
desplazamientos (entre un 5% y un 6%) con coches cada vez más viejos. Casi 14
años tenían los vehículos donde viajaban los fallecidos este año. A lo que habría que añadir la
insuficiencia del amplio paquete de medidas centradas en las carreteras
secundarias, esas en las que, según el último estudio de EuroRAP, se concentran
todos los puntos con riesgo alto y muy alto de accidente.
Entre esas actuaciones, se sigue afinando el mapa de
tramos sometidos a especial vigilancia, y este verano se elaboró uno con los
300 considerados más peligrosos. Se supone que con todavía más presencia de
radares y agentes
Quedarse
con el dato anual lleva a concluir que ese trabajo no ha tenido los frutos
esperados. Pero
es importante señalar una gran diferencia entre el comportamiento de la
siniestralidad hasta pasado el verano y en los meses posteriores.
En el primer periodo, casi todo fueron malas noticias y el verano, aparte de ser el
segundo consecutivo con más muertos en accidente, registró el dato más alto
(253 víctimas) desde 2012. De
este modo, pasados ocho meses del año, se llevaban contabilizados 66 fallecidos
más.
Luego, fue entrar el otoño y darse un cambio drástico: una
reducción muy importante en septiembre, estabilidad en octubre y nuevos
descensos tanto en noviembre como en lo que llevamos de diciembre que, con casi toda probabilidad,
estará por debajo de las 91 muertes de hace un año.
Las cifras totales empeoran desde hace dos años
Los datos de 2016 facilitados
hasta ahora por la DGT se refieren siempre a accidentes en carretera y víctimas
que mueren en el siniestro o en las 24 horas posteriores . Es decir,
con una provisionalidad que puede hacer que fluctúen levemente hacia arriba o abajo.
Por ejemplo, si un siniestro se ha computado como urbano y resultó ser en una
travesía, o viceversa.
Cuando a estas cifras se añadan las de siniestralidad en ciudad
y -previo seguimiento hospitalario gracias al cambio que impulsó la anterior
directora- los muertos en los 30 días siguientes, tendremos la radiografía
completa de los accidentes de tráfico en España. Pues bien, esa estadística ya
se quebró hace dos años, en 2014: hubo 1.688 víctimas mortales, ocho más que el
año previo aunque también fueran menos de la tercera parte de los 5.399
fallecidos de 2003, última vez que subieron los fallecidos
Por delante de Italia, Francia o Alemania
A pocos de quienes sigan la Seguridad Vial les habrá extrañado
esta ruptura. Primero, porque salvo que intervenga un factor
tan potente como lo fue el carné por puntos o lo será el coche autónomo, las
reducciones sucesivas son cada vez más difíciles y en los años previos ya se había
vivido un fuerte frenazo, primero, seguido de una estabilización. Además, si
nos guiamos por los países del entorno, en todos se conoció ya un repunte
después de largos periodos a la baja.
Aunque, es cierto que casi ninguno hizo las cosas tan bien como
España. En el año 2001, nuestro país registraba cerca de 140 muertes por millón
de habitantes y aparecía en la posición 18 de un total de 30 países europeos. En 2015, los 36 fallecidos por millón sólo
eran más de los que tenían Noruega, Suecia, Reino Unido, Suiza y Dinamarca.
Pero eran muchos menos que los apuntados en Alemania (43), Francia (54) y,
sobre todo, en Italia (56).
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