Las bicicletas con asistencia
eléctrica están proliferando tanto como servicio de alquiler en las grandes
ciudades como vehículo de transporte privado. El problema surge de su constante
dependencia a una fuente eléctrica para recargarse, tanto más si es una flota
de alquiler en la cual deben recargarse todas a la vez durante la noche y
conectadas a una fuente individual de electricidad para estar listas por la
mañana.
Para evitar este inconveniente,
Pragma Industries y Atawey han recurrido al hidrógeno y proponen una bicicleta
eléctrica que añade a las ventajas de las actuales una recarga más eficaz y
rápida además de una autonomía mayor.
Repostaje en cinco minutos
La tecnología de la Alpha aprovecha
la base de una bicicleta de asistencia eléctrica convencional con motor de 250
watios, fabricada por la empresa francesa Pragma Industries, a la que se ha
añadido una pequeña pila electrolítica desarrollada la firma Atawey y un
depósito de 35 g de hidrógeno. Aunque no parezca mucha cantidad, permite una
autonomía máxima de 100 km, bastante más que las bicis eléctricas normales.
El diseño de la Alpha contempla su
producción en serie y toda su tecnología generadora de la fuerza de asistencia
está integrada en el cuadro. En su planteamiento, presenta la solución perfecta
para la movilidad individual puesto que su depósito de hidrógeno se recarga en
cinco minutos y en este rango de autonomía la disponibilidad de energía es permanente.
¿Inconvenientes? Pues los hay y de
peso, al igual que en los automóviles que utilizan esta tecnología. Para
empezar un precio aún muy elevado (5.000 euros) para ser competitiva en el
mercado de particulares, a lo que se suma la prácticamente nula infraestructura
de distribución de hidrógeno que todavía está por desarrollar.
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