Ligera y
potente, consigue un aumento de cuatro caballos, hasta los 76
La cuarta
generación del clásico modelo SV, que tanto
éxito ha tenido para la marca japonesa, se renueva por completo. Esta moto de
media cilindrada veía la luz en 1999 y, desde entonces se han vendido más de
410.000 unidades de la misma en todo el mundo.
Esta nueva
SV se ofrece con modificaciones importantes tanto en su mecánica -con más de 60
cambios-, como en su estructura general: con otros 80. Los más destacados se
refieren al propulsor V-twin, ya acorde
con la norma Euro4 de emisiones contaminantes, y que
mantiene su cilindrada de 645 cc.
Por ejemplo,
se consigue un pequeño aumento de la potencia en cuatro caballos, para situarla
en los 76 finales. Asimismo reduce los consumos gracias
a los cambios realizados en la inyección electrónica, para situarse como uno de
los modelos más económicos del segmento (donde compiten la Yamaha MT-07 ABS o la Kawasaki ER-6N) con una
media anunciada por la marca de apenas cuatro litros por cada 100
kilómetros.
Respecto a
su estructura, a pesar de estar fabricada en acero en vez de en aluminio
como la Gladius (anterior 650 de Suzuki), el peso del conjunto se
reduce en ocho kilos -197 en seco- lo que
favorece la agilidad y la manejabilidad.
Cuadro totalmente digital
Exteriormente,
la nueva SV 650 ofrece un aspecto muy estilizado, típico y normal en las naked. Escasa protección contra el viento o ninguna,
aunque este efecto se nota poco en marcha moderada. Con todo al aire, resalta
el pulcro motor bicilíndrico en 'V', con el amplio radiador de enfriamiento del
líquido refrigerante y el aceite por delante.
El chasis,
pintado en color negro y los colectores independientes que finalizan en un
abultado tubo de escape revalorizan la belleza de la moto. La zona frontal
destaca por un único faro redondo sobre el que encontramos un compacto cuadro de instrumentos de información totalmente
digital, heredado de la GSX-R 1000. En él se
incluye, por primera vez, la luz de aviso para cambiar de marcha cuando
llegamos a las máximas revoluciones del motor. La zona trasera, con aire muy
deportivo, ofrece una doble óptica embutida en el puntiagudo colín.
La
posición de conducción es muy cómoda y cercana al suelo. El asiento está colocado a solo 78,5
centímetros del suelo, con lo que se adapta perfectamente a casi cualquier
altura, favoreciendo su adquisición por parte de los conductores de estaturas
contenidas.
Tiene dos
alturas, es amplio y cómodo para el conductor, pero al ser más reducido el
espacio para la zona del acompañante resulta un poco más incómodo y algo
escueto. El manillar no es muy ancho, pero consigue que el conductor no sufra
en largos recorridos sobrecargando la espalda o las muñecas, al ir ambas muy
relajadas.
Para todo tipo de motoristas
Una vez en
marcha lo primero que notamos es la suavidad que ofrece el motor bicilíndrico
en 'V'. Tiene buenos bajos y no desmerece cuando intentamos extraer toda la
potencia. Las suspensiones, a pesar de contar con unos tarados rígidos, se
comportan perfectamente, resultando muy efectivas en carreteras viradas con
buen asfalto. También colaboran en parte los neumáticos que trae de serie. Son
de compuesto blando y los ha fabricado Dunlop expresamente.
Los frenos
están encomendados a dos discos en el eje delantero y uno simple en el trasero.
El conjunto ofrece buen tacto y suficiente potencia. De serie va incluido el
sistema antibloqueo ABS.
Otro detalle
importante a la hora de la compra es su precio: 6.699 euros. Además, se puede
adquirir con la limitación de la potencia del propulsor para que pueda ser
conducida por los nuevos motoristas sin problemas.
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