Las
vacaciones de verano están a la vuelta de la esquina y la caravana es un
clásico que está ahora más de moda que nunca. Todo un estilo de vida para los
miles de conductores que prefieren la libertad de movimiento que prestan este
tipo de vehículos, a las limitaciones de un viaje convencional. Desde Arval,
compañía de movilidad del grupo BNP Paribas, ofrecemos consejos claves para
disfrutar de las vacaciones sobre ruedas.
Todo en
orden
Hay que
tener en cuenta que para conducir un remolque no siempre sirve el carnet de
conducir tipo B, pues con él solo se pueden conducir remolques con un peso
inferior a 750 kg. En caso de que la suma de pesos entre el propio coche y el
remolque sea de menos de 4.250 kg, se necesita el carnet B96; si entre ambos
vehículos suman entre 4.250 kg y 7.000 kg, se necesita el permiso B+E; por
último, si el peso de los dos es superior a 7.000 kg, el carnet requerido es el
de camión C+E. Además, el remolque necesita su correspondiente seguro. Si el
peso es inferior a 750 kg no es necesario, ya que queda protegido por el seguro
del vehículo, pero si pesa más, habrá que contratar el seguro correspondiente.
Elige el
coche apropiado
Antes de
emprender el viaje con el remolque, es imprescindible asegurarse de que nuestro
coche es apto para transportarlo. No todos los coches pueden hacerlo, por lo
que hay que confirmarlo en la ficha técnica, así como el peso que pueden
soportar detrás, pues de lo contrario, el vehículo podría sufrir graves
desperfectos. Normalmente, el peso que puede remolcar no debe superar la mitad
del peso del propio coche.
Acondicionamiento
previo
Para
emprender el viaje con toda la tranquilidad hay que realizar una serie de
tareas previas. En primer lugar, hay que comprobar la presión de todas las
ruedas. Además, es muy importante nivelar bien los pesos entre ambos vehículos.
Es recomendable no cargar demasiado el maletero del coche para que la parte
trasera no baje de altura. Asimismo, en el remolque hay que intentar que el
centro de gravedad quede justo delante de las ruedas, lo más bajo posible, pues
si el centro está demasiado adelantado puede llegar a no girar.
La velocidad
cambia
Por otro
lado, hay que conocer las velocidades permitidas para los vehículos con
remolque. En autopistas y autovías, el límite de velocidad para un vehículo con
un remolque de menos de 750 kg es de 90km/h; si pesa más de 750 kg, el límite es
de 80 kh/h. En carreteras convencionales todos deberán conducir como máximo a
80 km/h, mientras que en el resto de vías fuera de poblado, el límite es de 70
km/h. En centros urbanos hay que adaptarse a una velocidad máxima de 50 km/h o
30 km/h, según se establezca. Por último, si se circula por caminos, hay que
bajar el cuentakilómetros a 25km/h.
Y en
carretera…
Una vez
en carretera hay que tener siempre muy presente que la distancia de seguridad
debe aumentar respecto al vehículo precedente, porque en caso de tener que
hacer una frenada de emergencia se necesita más espacio disponible. A la hora
de adelantar, hay que disponer de más metros, ya que ahora el vehículo tiene
mayor longitud y la maniobra será más larga. Por último, uno de los retos de
conducir con remolque son las pendientes, que ponen a prueba nuestra pericia
como conductores. Para subir, es mejor utilizar marchas cortas para que el
motor no caiga de vueltas y sufra en exceso. En la bajada, siempre con calma y
el freno ligeramente pisado. Además, hay que poner atención al aparcar. La
acampada libre no está permitida, de manera que será necesario buscar un
camping o zonas habilitadas específicamente, para pasar la noche.
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