Iwan
Parry, Jefe de la División de Seguros, consultor e investigador en TRL
(Transport Research Laboratory, UK):
El error
humano está detrás del 97% de los accidentes de tráfico, según un estudio
realizado en el Reino Unido.
El uso
del móvil incrementa un 35% el tiempo de reacción mientras conducimos.
La
naturaleza del riesgo está cambiando
“Estamos
asistiendo a un cambio fundamental en la naturaleza del riesgo y en el
comportamiento del ser humano hacia el vehículo, lo que nos lleva a plantearnos
dos grandes cuestiones. La primera es entender como la tecnología nos ayuda a
mitigar los riesgos existentes en la carretera. Y la segunda, si estas mismas
tecnologías pueden estar creando nuevos riesgos y consecuencias de manera
involuntaria”,aseguraIwan Parry, Consultor e Investigador Científico en TRL.
Iwan
Parryfue uno de los conferenciantes en el Best Of Belron®, que se celebra cada
dos años y está organizado por el Grupo Belron®, al que pertenece Carglass®
España. Este evento reúne una competición para elegir al mejor técnico del
mundo especialista en cristalería del automóvil y una conferencia global sobre
innovación y tecnología donde participan ponentes de talla mundial.
El
desarrollo de las nuevas tecnologías aplicadas al coche conectado; y su
relación directa con el comportamiento y conducta de los conductores y su
percepción de los riesgos al volante, son el objetivo clave del programa RAID
(Road Accident In DepthStudies) que está investigando TRL. Está ampliamente
demostrado que ha cambiado la actitud de los usuarios de los vehículos
conectados, que incorporan un importante número de dispositivos de ayuda a la
conducción (englobados bajo la definición ADAS –Advanced Driver Assistance
System-), señala Iwan Parry.
“Mis
errores como conductor pueden ser corregidos por las nuevas tecnologías que equipan
los vehículos” es una creencia equivocada y muy extendida. Si a esto le unimos
que, de manera casi involuntaria pero claramente constatada, el conductor
enfoca su atención en otras tareas al volante, ya tenemos una de las causas que
está detrás de un gran número de accidentes de tráfico.
Pero, por
otro lado, Iwan Parry apunta que “estamos detectando que los usuarios no
quieren que se otorguen más funciones y control del vehículo a la tecnología”.
Sin embargo, según un estudio realizado en el año 2010 en el Reino Unido, el 97
por 100 de los accidentes de tráfico se deben a causas o errores humanos en
alguna medida. De hecho, según este estudio, el 75 por 100 de los casos son
achacables exclusivamente a factores humanos, mientras que solo el 1,1% tenía su
origen en la vía y un 0,6 % se debía a causas técnicas o mecánicas provocadas
por el vehículo.
Solo un
0,3 % de los accidentes estaba motivado por la combinación de fallos causados
simultáneamente por el conductor, la vía y el vehículo. Este porcentaje se
incrementa hasta un 18,4 por 100 si las causas son la suma de errores humanos y
estado de la vía, mientras que la relación hombre vehículo solo estaba detrás
del 4 por 100 de los accidentes.
Otro
estudio realizado dos años antes (2008) y en el que TRL está basando sus
observaciones y análisis del comportamiento de los conductores durante los
últimos 15 años, muestra que un 45% de los mismos reconocía escribir mensajes
de texto mientras estaban al volante, y no de manera esporádica o breve. Según
los datos de TRL, el tiempo de reacción del conductor se incrementa en un 35%
si están usando el móvil. Este retardo en la reacción a los estímulos
necesarios en la conducción aumenta en un 12%, si estamos bajo los efectos del
alcohol, y en un 21% si hemos consumido cannabis.
Como
consecuencia de todo esto, TRl se está centrando en el uso inadecuado o
inconsciente de las tecnologías en el vehículo y en cómo hemos de adaptar
nuestra forma de conducir al vehículo conectado. “En muchos casos, por ejemplo,
hemos detectado que los conductores se muestran más inseguros manteniendo su
vehículo dentro de su carril cuando circulan con un coche que equipa asistente
de alerta de cambio de carril involuntario (LDW)”.
“Es muy
difícil modificar o cambiar el comportamiento de las personas, y muy
especialmente las malas conductas, sin tener en cuenta que hay factores, como
la personalidad, el estrés o la agresividad, que son determinantes en los
impulsos y actitudes que nos hacen enfrentarnos al riesgo de manera diferente”,
subraya Iwan Parry. “Y, sin embargo, el estado psicológico del conductor no
está siendo utilizado como un criterio de evaluación de riesgos de por las
compañías aseguradoras o las empresas de alquiler o renting de flotas de
vehículos”, advierte.
Así pues,
TRL tiene por delante la importante misión de analizar en profundidad el
vehículo conectado, y el comportamiento y la actitud de los conductores. De
esta manera se pueden obtener directrices que nos ayuden en la reducción de los
accidentes de tráfico y en minimizar sus consecuencias. En esa misma dirección
trabajan para mejorar la eficiencia de la red de carreteras y transporte,
agilizar la movilidad y reducir las emisiones nocivas.
“Como
bien sabemos, es imposible evitar accidentes, ya que no dependen solo de
nosotros o del sistema de automatización del coche: también hay otros agentes
en la carretera, ya sean personas, coches, animales, el estado de la vía,
climatología, etc”. “Por eso es fundamental el uso del EDR (Event Data
Recorder) que es un sistema de registro de los datos del vehículo y de
supervisión continua del comportamiento del conductor”. El EDR mide la
velocidad del vehículo y las acciones del conductor, por ejemplo, la posición
del pedal de freno y acelerador, sistemas de asistencia al conductor, la
activación del control de crucero y los niveles de aceleración.
Las
investigaciones de TRL se centrarán cada vez más en vehículos equipados
conEDR,que ya son frecuentes en el mercado de nuevos vehículos y obligatorio en
EE.UU, donde la mayoría de los fabricantes usan la herramienta Bosch CDR con
esta finalidad. En el Reino Unido cada vez más fabricantes de equipos
originales que permiten voluntariamente el acceso a TRL han utilizado también
la herramienta Bosch CDR durante los últimos cinco años.
Big data
e IO (Internet Of Things) son básicos también para la obtención de datos
cualitativos y cuantitativos para apoyar la adopcióndetecnología, la percepción
del usuario, la actitud, el comportamiento…
Iwan
Parry también se refirió a las redes de transporte: “La comprensión del
comportamiento de las personas y sus actitudes subyacentes son de vital
importancia para el diseño y gestión de la red de transporte. Una apreciación
tanto de las necesidades del usuario y la percepción de soluciones de transporte
puede ayudar encaminar en la correcta dirección el proceso de desarrollo. El
resultado será una red de transporte que no sólo puede operar de manera
eficiente, sino que atienda las necesidades de todos los usuarios”.
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