Retirado, con sobrepeso y todavía cojeando por culpa
del accidente de 1974, Hailwood había completado la primera vuelta de la
carrera de 1978 a 109.87 millas por hora. ¡Un minuto y medio más rápido que el
récord anterior!
Es la cuarta de las 10 historias inspiradoras que
forman la preselección de la nueva campaña de Dunlop: Great Fightbacks
Los fans del motor de toda Europa deciden con su voto
cuál es la mejor hazaña de la historia del motorsport
La campaña Great Fightbacks de Dunlop revela las 10
hazañas más grandes de la historia del motorsport donde los pilotos
protagonistas demuestran perseverancia, determinación y compromiso para volver
a la cima.
Los fans del deporte de motor de toda Europa tienen la
oportunidad de votar su historia favorita en www.greatfightbacks.com/es desde
el 21 de enero de 2016 hasta el 29 de febrero. Además, podrán opinar y debatir
en redes sociales a través del hashtag #GreatFightBacks. Durante las próximas
semanas, Dunlop irá desvelando las diez historias por orden cronológico y
animará a los aficionados del deporte de motor a que elijan cuál es su historia
de superación favorita.
A continuación el relato de la hazaña de Hailwood
contada por Mat Oxley:
Mike Hailwood, de vuelta a la isla-TT Isla de Man
(1978)
Una década más tarde de la despedida de Mike Hailwood,
las expectativas sobre su vuelta a la Isla de Man eran realmente escasas. Hasta
que pulverizó el récord del circuito.
Mike Hailwood se retiró del motociclismo de alta
competición el mismo día que Honda abandonó las carreras a finales de 1967.
Soichiro Honda estaba tan interesado en preservar el legado del británico con
la compañía (35 Grandes Premios y 4 Campeonatos del Mundo) que le pagó 50.000
libras (casi 1 millón de libras actualmente) para que se retirara.
Hailwood hizo apariciones ocasionales fuera de
campeonato en los años posteriores antes de firmar con John Surtees para
conducir Fórmula 1 y Fórmula 2. Se retiró después de un serio accidente en un
McLaren en 1974 y emigró a Nueva Zelanda, donde fue ganando aburrimiento y
perdiendo pelo poco a poco. Medio calvo, con sobrepeso y todavía cojeando por
culpa del accidente de 1974, Hailwood visitó la Isla de Man en 1977 y firmó un
gran contrato con los organizadores para competir en algunas pruebas en el TT
de 1978.
Los cínicos decían que lo hacía únicamente por el
dinero. Después de todo, el no corría en el TT desde 1967. ¿Se habrían
desvanecido sus habilidades divinas?
A Hailwood, como siempre, le resultaba todo
indiferente. "No estoy haciendo un regreso, solo vuelvo después de 11
años", bromeaba. "Siempre me ha encantado pilotar alrededor de la
isla, creo que voy a ser competitivo".
Sus planes pronto llegaron a buen puerto. El piloto de
38 años quería pilotar una Ducati en la categoría de Fórmula 1 (categoría
Senior de la época) y una Yamaha de dos tiempos en las categorías Junior,
Sénior y Clásica, todas equipadas con neumáticos Dunlop. Se preparó para su
regreso corriendo algunas carreras en Australia, donde se vio sorprendido por
los avances en tecnología durante el tiempo que él había estado fuera.
"Las motocicletas más modernas tienen un agarre
tremendo y una capacidad de frenada fantástica, por lo que no solo tengo que
aprenderme de nuevo el circuito del TT, sino que también tengo que volver a
aprender a pilotar" decía. "No esperéis milagros…".
Entonces comenzaron los entrenamientos. El mecánico
Pat Slinn recuerda a Hailwood volviendo al box después de su primera sesión con
la Ducati de 900 cc, preparada por la marca para la ocasión en Manchester.
"Él llegó, le dio la moto a Franco (Farni, Jefe
de mecánicos de Ducati), se sacó su casco y comentó, "No me he olvidado de
nada, cada bache continúa estando ahí". Cuando unas sesiones más tarde,
destrozaba el récord del circuito, Farni pensaba que su cronómetro se había
roto. No se lo podía creer."
Entonces, la competición comenzó. Hasta ese récord de
vuelta en los entrenamientos, el favorito de la categoría era el ganador del
año anterior Phil Read, uno de los mayores rivales de Hailwood durante la
década previa. Read había estado pilotando desde finales de los 50 y, aunque
había renunciado a algunos Grandes Premios, continuaba siendo un serio
aspirante, especialmente con su Honda preparada específicamente para el TT.
Como actual campeón, Read comenzó primero. Hailwood se
escapó detrás de él en el mismo momento que la orden de salida finalizaba,
enfilando colina abajo 50 segundos más tarde. Su Ducati llevaba slick Dunlop
trasero y neumático con dibujo en el delantero, ya que el trazado del TT no
generaba el suficiente calor en el neumático delantero para hacer viables los
slick.
"Decidí pilotar solo al 90 por ciento y ver cómo
iban las cosas cuando llegara a la estación de señalización a la altura del
Gooseneck". La confianza de Hailwood desmentía su velocidad, y las
noticias al paso del "Gooseneck", 22 millas en la primera de sus 6
vueltas (de 37 millas y tres cuartos cada una), eran buenas. Ya había tomado la
delantera a la Honda del norirlandés Tom Herron y había completado la primera
vuelta a 109.87 millas por hora. ¡Un minuto y medio más rápido que el récord
anterior de Read!
A mitad de las 226 millas de la carrera, Hailwood
alcanzó a Read cuando ambos ascendían la Montaña. Los dos viejos caballos de
batalla juntos de nuevo. Como un reportero señaló: "Para Read debió de ser
como una pesadilla. Estaba siendo perseguido monte arriba en la oscuridad,
sabiendo que tarde o temprano le iban a alcanzar."
Cuando Herron se retiró (se le fracturaron los dos
soportes de la suspensión trasera) y la Honda de Read comenzó a expulsar humo
de forma inquietante, el resultado ya no dejó lugar a dudas. Hailwood finalizó
las dos últimas vueltas bajo el estruendo de decenas de miles de aficionados
sin camiseta, bañados al sol y agitando sus programas alegremente. El cuento de
hadas se había vuelto realidad, con una vuelta al paddock en la que hombres ya
crecidos, y para los que "Mike the Bike" era un ídolo de su infancia,
lloraban realmente emocionados.
Hailwood ganó la carrera con más de 2 minutos de
ventaja sobre el piloto de Merseyside, John Williams, que perdió la vida dos
meses después en otra carrera callejera, el Gran Premio de Ulster.
Incluso él mismo confesó que había sido demasiado
hasta para él: "Tengo que admitir que me he emocionado un poco cuando he
bajado de la moto", decía. Más tarde, volvía a perder el romanticismo y
recuperaba la sequedad de siempre. "Me alegro de que todo haya terminado.
El pilotaje ha sido la parte menos complicada. De hecho, ha sido el único
momento en el que me he podido relajar y disfrutar de mí mismo. El resto ha
sido un poco irritante, he tenido que dar un millón de entrevistas y no podía
poner un paso fuera del hotel sin llamar la atención… Básicamente ha sido una
maldita y necia idea que ha salido razonablemente bien."
No obstante, retornó una última vez en 1979 cuando
ganó de nuevo, esta vez en la categoría Senior con una Suzuki RG500 de dos
tiempos. En la categoría clásica fue derrotado con la misma moto, por solo dos
segundos. "Es la primera vez que finalizo segundo en el TT", comentaba
alegremente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Solo comentarios relacionados con la información de la página.