La entrada del horario de invierno en la madrugada del
próximo domingo supone disfrutar de menos horas de luz durante los próximos
meses y, por tanto, hay más posibilidades de que la noche caiga justo cuando
estamos al volante. Para que la conducción nocturna y los riesgos que conlleva
no desanimen a coger el coche incluso a los conductores más experimentados, la
plataforma internacional AutoScout24 ofrece una serie de consejos.
Mantén las distancias por la noche
Con la oscuridad, la percepción de los objetos se
reduce por lo que la distancia de seguridad entre vehículos debe aumentar
respecto a la conducción diurna. Ya que no es posible medir en metros, sí es
posible hacerlo en segundos. Dejar más de tres segundos con respecto al coche
de delante es lo indicado para evitar un posible choque en caso de una brusca
frenada.
La vista, a prueba con la oscuridad
Para los ojos, conducir de día y de noche es
completamente diferente. Si el conductor detecta pérdida de visión o
alteraciones durante la conducción nocturna, la visita al oftalmólogo es
obligada. La seguridad del conductor, acompañantes y otros usuarios de la vía
está en juego. Además, si se utilizan gafas para conducir, los cristales deben
estar totalmente limpios sin mota alguna de polvo. Aunque esto pueda parecer
una obviedad, nunca hay que confiarse, recuerda la consultora AutoScout24.
A vueltas con las luces
¿Sabe el conductor realmente cómo utilizar las luces
cortas y largas? Conocer cuando conectar una u otra es fundamental, pues un mal
uso puede perjudicar a otros conductores. Si se conduce por una carretera
secundaria conviene utilizar las largas, aunque en el momento de adelantar hay
que cambiar a las luces de cruce para evitar posibles deslumbramientos. También
es aconsejable llevar las luces a la altura correcta para no cegar a otros
usuarios de la vía.
Asimismo, los deslumbramientos traseros a través de
los retrovisores son tan habituales como molestos. Como no es posible pedir al
conductor del vehículo precedente que modere la intensidad o la altura de los
faros, es mejor regular los espejos del coche para hacer más llevadera esta
situación.
En el interior, mejor a oscuras
Si se conduce de noche, hay una luz que sobra y que es
conveniente no utilizar: la del interior del habitáculo. Si se viaja con las
luces interiores encendidas, se reduce la visión exterior ya que el ojo se
acostumbra a un grado de luz completamente diferente al que hay fuera,
provocando que la distancia de visión se reduzca. También es aconsejable
reducir la intensidad de iluminación del cuadro de instrumentos del
salpicadero. Si está oscuro fuera, mejor así también dentro.
Aumentar las paradas
Ya sea por gusto, por necesidad o por evitar atascos,
hay conductores que prefieren viajar de noche. Sin embargo, circular a estas
horas puede resultar monótono, al mismo tiempo que son horas en las que lo
habitual es que uno esté durmiendo. Para evitar la somnolencia o la pérdida de
concentración, lo deseable es aumentar las paradas durante el trayecto y
tomarse un café o una bebida estimulante. Incluso, si es necesario, una parada
para echar una cabezada de 20 minutos puede evitar que se cierren los ojos
cuando no deben, tal como señala la plataforma internacional.
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