Según los datos que la Dirección General de Tráfico ha
hecho públicos recientemente, los accidentes de tráfico que se registraron en
carreteras convencionales en 2014 se cobraron el 76% del total de fallecidos
por esta causa en zonas interurbanas, y el 79% de los heridos hospitalizados.
Estableciendo una comparación con 2013, los siniestros
de circulación acaecidos en la red convencional el pasado año se saldaron con
16 muertos más, un hecho que ha significado la ruptura de la tendencia positiva
que venía siguiendo la accidentalidad viaria en España durante la última
década.
Frente a esta realidad, urge poner en marcha un Plan
Específico de Seguridad Vial en este tipo de vías, cuya extensión representa el
90% del total de la red de carreteras española (150.000 kilómetros de los
165.000 que suma la red viaria interurbana) y por la que, sin embargo, transita
el 40% del tráfico.
Un informe realizado por el Departamento Técnico de la
Asociación Española de la Carretera (AEC) apunta las líneas prioritarias que
debería recoger dicho plan, instando a su consideración por parte de las
Administraciones competentes a fin de generar “un entorno más seguro y
homogéneo” en unas carreteras cuya principal característica es que tienen un
único carril por cada sentido de circulación.
De acuerdo a las estimaciones recogidas en este
análisis, la implantación del plan podría “salvar la vida” a 235 personas (el
25% del total de fallecidos registrados en 2014), puesto que se evitarían el
23% de los accidentes con víctimas. Y esto en un escenario de mínimos, ya que
la hipótesis optimista se sitúa en 585 muertos menos (62% del total) y una
reducción del 53% de los siniestros graves.
Tres líneas estratégicas
Reducir el riesgo de accidente asociado a las
características de la vía y su entorno, generar un escenario más seguro para la
coexistencia de tráficos heterogéneos y reforzar las estrategias de control del
cumplimiento de las normas son los tres ejes sobre los que el Plan Específico
de Seguridad Vial en Carreteras Convencionales debería incidir, según se
desprende del estudio de la AEC.
Dentro de cada uno de estos ejes se contemplan
acciones como:
• Programa
de “carreteras que perdonan” los errores de los usuarios: refuerzo de la
señalización, adecuación de trazados, implantación de sistemas de alerta de
peligro, eliminación de obstáculos en los márgenes, reducción de pendientes
laterales y, en su caso, instalación de sistemas de contención apropiados para
todos los usuarios
• Inspección
de seguridad vial de todas las intersecciones de la red viaria convencional, a
fin de mejorar accesos, señalización y visibilidad, y optimizar pendientes
• Construcción
de “carreteras 2+1”, en las que cada sentido de circulación alterna la
existencia de un carril adicional durante un número determinado de kilómetros,
eliminándose el choque frontal como consecuencia de adelantamientos y
reduciéndose el riesgo de impacto frontolateral
• Reducción
de los desplazamientos nocturnos de peatones, proporcionando alternativas de
transporte y realizando una fuerte labor de difusión y concienciación, sobre
todo en los municipios más pequeños
• Diseño
de itinerarios seguros para ciclistas, a fin de que puedan circular en
carreteras con un arcén de anchura suficiente
• Restricciones
a la circulación de vehículos pesados en determinados tramos de carreteras
convencionales con problemas de accidentalidad, siempre que exista una
alternativa de alta capacidad
• Aumento
de la presencia policial en las vías convencionales de forma aleatoria, con el
propósito de evitar conductas recurrentes de incumplimiento de las normas al
tiempo que se consigue el máximo aprovechamiento de la tecnología móvil de
control de velocidad
La Asociación Española de la Carretera revela en su
informe la alta efectividad de cada una de estas medidas, a las que habrían de
sumarse la asociada a las políticas globales de fomento de conductas seguras, y
la de acciones concretas como la modificación de los límites máximos de
velocidad que contempla el nuevo Reglamento de Circulación –aún pendiente de
aprobación- o el desvío del tráfico de vehículos pesados a las autopistas de
peaje.
Respecto a esta última y ante el escaso éxito del
programa piloto de carácter voluntario puesto en marcha el pasado 6 de julio
por el Ministerio de Fomento en seis tramos de autopistas (320 kilómetros en
total), desde la Asociación Española de la Carretera consideramos necesario
establecer la obligatoriedad de dicha medida, cuyo impacto en la mejora de la
seguridad vial en las carreteras convencionales sería contundente, como así ha
sido en el caso de la prohibición del paso de vehículos pesados por la N-II en
Girona.
Plan Específico de
Seguridad Vial en Carreteras Convencionales
|
Impacto sobre
los accidentes con víctimas
|
Impacto sobre
las víctimas mortales
|
||
|
Accidentes con
víctimas que se podrían evitar
|
% respecto al
número actual
|
Víctimas mortales
que se podrían evitar
|
% respecto al
número actual
|
Hipótesis
pesimista
|
6129
|
23%
|
235
|
25%
|
Hipótesis
conservadora
|
10037
|
38%
|
399
|
42%
|
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