Ver hoy un anuncio de los años cincuenta puede provocar
risas y chanzas, pero desde AutoScout24, consultora experta en automoción e
Internet, se recuerda que tenían un gran poder de convicción. Mediante imágenes
sencillas presentaban momentos de la vida cotidiana, y sus consiguientes
problemas, a los que daban solución; pero sobre todo presentaban oportunidades
que anhelaba la población de aquel entonces como viajar, ir al campo o
experimentar sensaciones nuevas.
De esta manera se pudo ver al Renault 4 a toda velocidad
por caminos y vadeando ríos porque era “El coche todo ventajas”, al Seat 127
dando saltos por el campo entre bombas porque era “Para la guerra de todos los
días” (ver aquí), a un Citroën GS circulando y zigzagueando conos a tres ruedas
porque “Empieza donde otros acaban” (ver aquí), una furgoneta Ebro bajando
escaleras porque “procede del camión” (ver aquí), aunque es más ágil y rápida;
un coche que “parece nuevo” tras aplicar cera “Rally”; o un coche que se queda
tirado en la carretera y con toda la familia porque lleva un “aceite
cualquiera” y no Repsol.
También se realzaban sus cualidades como el Citroën Dyane
6, “el coche para gente encantadora” (ver aquí), donde el único defecto era
viajar con la suegra —que termina amordazada y maniatada—, o el increíble
espacio interior del Mini (ver aquí) utilizado para transporte escolar alojando
a un gran número de niños, delante y detrás, sin cinturón de seguridad, ni
sillitas de retención infantil.
El ahora es diferente
Hemos superado épocas donde se realzó su origen como “los
japoneses” (ver aquí) o “tecnología
alemana”); novedades mecánicas como la quinta marcha o el ABS; la inclusión de
regalos como el aire acondicionado, donde niños convencían de las facilidades
de financiación; nos han preguntado si nos gusta conducir (ver aquí) o dormir
cinco minutos más; y han prometido imposibles como la luna (ver aquí) o el
Ziritione.
Ahora, consabido el buen rendimiento tecnológico de todos
los vehículos, se pone el foco en el elemento diferenciador. Tenemos coches que
aparcan en la cornisa de un edificio sin intervención del conductor (Ford
Focus), frenan de forma independiente (VW Golf), avisan de la presencia de
ciclistas (Volvo), encienden las luces cuando se acerca una persona (VW Passat)
o incluso directamente destacan el regalo que te hacen por comprarlo (Renault
Megane y una Tablet Vexia).
La publicidad de hoy busca que el conductor tenga un
coche exclusivo, al menos comparado con sus allegados, por lo que en cincuenta
años hemos pasado de unos anuncios donde se destacaba el rendimiento a otra de
sensaciones y comodidades. Ya no son situaciones de la vida cotidiana, ahora
son momentos soñados, muy alejados de nuestra rutina. Y por supuesto, han
sabido recoger y aplicar las mejoras técnicas del cine para llevar a la pequeña
pantalla los mejores efectos especiales y golpes de música. Un antes y un ahora
para recordar. Si quieres ver un vídeo recopilatorio de publicidad “vintage” de
automóviles haz clic aquí.
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