. Las ventas en España han
repuntado y los concesionarios vuelven a ganar dinero, tras cerrar un lustro
desastroso que se ha llevado por delante más de un millar de puntos de venta.
Tras tantos años en el purgatorio, los sueños se han convertido en previsiones
de futuro: que la producción de vehículos rebasará los tres millones de
unidades a partir de 2017 (frente a los 2,16 millones de 2013) y que las ventas
en España superarán el millón de turismos en 2016 (723.000 matriculaciones el
pasado año).
José Antonio Bueno,
consultor especializado en automoción, es muy gráfico para describir un clima
de excitación como el que se respira: "Están entusiasmados, han salido de
la UCI y creen que un poco más y les dejarán volver a casa". El presidente
de Anfac, José Luis López-Schümmer, expuso el pasado miércoles, durante el
tradicional encuentro sobre el sector que organiza IESE, su esperanza de que el
mercado español pueda absorber más de 1,2 millones de vehículos a partir de
2016. A partir de ese momento, cree, la industria podrá desconectarse de las
ayudas directas a la compra del automóvil del plan PIVE.
"El mensaje es que los
deberes se han hecho y que se ha vuelto a la senda de la competitividad pero
que no hay que bajar la guardia", afirma Francisco Roger, de KPMG,
convencido de que hay elementos positivos. Porque el paro va a la baja, porque
todo apunta al final de los recortes y porque existe una demanda latente que en
dos o tres años podría aflorar. Ante todo, dice, hay que esquivar el pesimismo.
Ahora solo piensa en espantar los fantasmas y recuperar la confianza del
mercado.
Los principales interesados
son los concesionarios. El presidente de la patronal Faconauto, Jaume Roura,
denunció el miércoles que han superado la travesía del desierto sin la ayuda de
los fabricantes, que les han trasladado más costes mientras caía la carga de
trabajo. Para capear la crisis bajaron un 8,5% sus precios en tres años y sus
márgenes se desplomaron. Tras pérdidas generalizadas entre 2011 y 2013 este año
prevén un margen de beneficio del 1% respecto a la facturación.
En las plantas gestionan la
nueva etapa con nuevos bríos. Nissan prevé llegar al máximo de capacidad de
Barcelona a partir de 2016 y prepara un convenio con el que ganar nuevo
recorrido. Por el camino se han recortado los costes un 41%. Acciones de ese
tipo han facilitado la llegada de nuevos modelos a muchas plantas españolas, en
torno a un 30% más baratas que las alemanas. La fábrica Figueruelas de Opel,
con tres nuevos modelos asignados desde julio, ya no tiene ningún expediente de
regulación temporal activo. No sucedía desde hace cuatro años. Pero las marcas
avisan al Gobierno: cuidado con no frenar la escalada de las tarifas eléctricas
y de los costes logísticos.
Fuente: ElPaís.com
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