“La elección de un nombre
para un coche es un proceso similar al que tienen unos padres a la hora de
escoger cómo se llamará su hijo: es algo muy emocional y para toda la vida”,
explica Vincenza Magliocco, responsable de Product Marketing del Ibiza en SEAT.
En el caso del SEAT Ibiza, este bautizo tuvo lugar en los años 80 con la
proliferación del turismo en España. En el marco de la estrategia de la
compañía de ligar cada modelo a una ciudad española, la isla encajaba
perfectamente con el público objetivo de este coche; joven, con una imagen
desenfadada y espíritu mediterráneo.
Con el lanzamiento del
primer SEAT Ibiza, la compañía española “empezó a trazar un nuevo camino de
independencia e internacionalización” y la isla de Ibiza, icono de turismo
internacional de tendencia, representaba la opción “que más ligaba con el
posicionamiento que se le quería dar al nuevo modelo”, explica Magliocco. En su
opinión, el nombre de un coche es crucial, por lo que “debe ser sencillo de
recordar y mirar que encaja en todos los
idiomas”.
En la misma línea se expresa
el director del ESADE Brand Institut, Oriol Iglesias, que considera que el
nombre es “algo fundamental”. Según este experto, la elección de Ibiza para
este modelo cumple con los tres requisitos que tiene que tener un nombre para
un producto: “refleja unos valores que definen la identidad de la marca, es
fácil de pronunciar y recordar, y funciona en diferentes contextos
internacionales”, algo necesario para una compañía como SEAT que exporta más
del 80% de sus vehículos y está presente en más de 75 países.
Por su parte, la alcaldesa
de Ibiza, Virginia Marí, considera que SEAT “ha hecho un buen uso de la marca
Ibiza” y ha ayudado a que el nombre “trascienda fronteras”. “Los valores de la
imagen de marca del SEAT Ibiza recogen ese carácter dinámico y con espíritu
joven de la isla. Tras cuatro generaciones, el coche sigue representando esos
valores de juventud y frescura y, además, sigue conservando la esencia de
nuestro país”, añade la alcaldesa. Para Virginia Marí, tanto el vehículo como
la isla son “fiables y accesibles porque
es un destino próximo y enfocado hacia el consumidor/visitante”.
Tras 30 años, cuatro
generaciones del modelo y cerca de 5 millones de unidades vendidas, Vincenza
Magliocco considera que la elección Ibiza para este modelo tan popular “ha sido
un acierto”. “Aunque este posicionamiento inicial ha ido evolucionando en el
tiempo adquiriendo más madurez e imagen de tecnología y calidad, el nombre de
Ibiza sigue encajando con el posicionamiento del vehículo”. De hecho, Magliocco
vaticina que el espíritu con el que se nombró el primer Ibiza en 1984 seguirá
vivo y se añadirán otros nuevos valores y tendencias de futuro para que siga
siendo un éxito.
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