“La elección de un nombre
para un coche es un proceso similar al que tienen unos padres a la hora de
escoger cómo se llamará su hijo: es algo muy emocional y para toda la vida”,
explica Vincenza Magliocco, responsable de Product Marketing del Ibiza en SEAT.
En el caso del SEAT Ibiza, este bautizo tuvo lugar en los años 80 con la
proliferación del turismo en España. En el marco de la estrategia de la
compañía de ligar cada modelo a una ciudad española, la isla encajaba
perfectamente con el público objetivo de este coche; joven, con una imagen
desenfadada y espíritu mediterráneo.