Se acaban las vacaciones de
verano y comienza otro año escolar. Es hora de arreglar todo para la vuelta “al
cole”, y los padres se preguntan ¿cómo puedo llevar a mis hijos al colegio de
forma segura?
Desde la Fundación CEA
hacemos un especial recordatorio sobre la forma más segura de llevar a los
niños “al cole”, tanto en la ruta escolar como en vehículo particular o a pie.
Queremos recordar a los padres la importancia de la normativa en el transporte
escolar, de modo que los peques conozcan las normas y la forma de comportarse
durante los trayectos al colegio. Es necesario crear conciencia sobre la
importancia de la seguridad vial, pues entre todos podemos ayudar a reducir la
siniestralidad infantil.
Según los datos de la DGT,
las principales causas de accidentes de autobuses escolares, son la velocidad
inadecuada y las distracciones. Para evitar que esto siga ocurriendo, y bajar
el índice de siniestralidad, tanto los padres, como los niños y conductores
deben saber y cumplir las normativas antes, durante y después del trayecto.
La Fundación CEA recuerda el
papel tan importante que tiene el padre o tutor cuando se habla del transporte
escolar, ya que éste es el principal responsable de la seguridad vial del
menor. Por ello debe comprobar la seguridad del autobús escolar o del vehículo
particular el cumplimiento de la reglamentación, pero sobre todo, exigir el uso
del cinturón de seguridad.
Traslado al colegio en
Autobús Escolar
Según la DGT el autobús es
el medio más seguro y usado para los niños en España. Cerca de 17.000 buses
(40% privado) realizan servicios de transporte escolar. La normativa reguladora de éste tipo de
transporte está compuesta por el Real Decreto 443/2001 del 27 de abril, y sobre
ésta se han hecho posteriores modificaciones.
En cuanto a las normas y
condiciones técnicas que deben cumplir éste tipo de vehículo se encuentran:
No rebasar los 16 años de
antigüedad contados desde la matriculación del inicio del correspondiente curso
escolar.
Tiene que ir señalizado con
el indicativo de transporte escolar en la parte anterior y posterior del
vehículo.
Debe superar una inspección
técnica anual, si tiene menos de 5 años, y semestral en caso de superar tal
antigüedad.
Debe contratar un seguro
obligatorio y un seguro complementario que cubra sin limitación alguna de
cuantía la responsabilidad civil por daños y perjuicios sufridos por los
ocupantes.
La empresa a la que
pertenece tiene que contar con una autorización especial de transporte escolar.
El autobús debe tener plazas
para minusválidos. La abertura practicable de las ventanas no podrá exceder de
1/3 superior de las mismas. El vehículo debe estar dotado de martillos rompe
cristales (protegidos para su utilización, sólo en caso de emergencia), así
como de un botiquín de primero auxilios y extintores.
El piso del vehículo no
puede ser deslizante y los bordes de las escaleras deben ser de colores vivos.
En las salidas de emergencia se tiene que poder leer de manera clara y visible,
desde el interior y exterior, la expresión “Salida de emergencia” o “Salida de
Socorro”.
Las puertasdel autobús sólo
podrán ser operadas por el conductor, y la abertura de las mismas deberá ser
señalizada con las luces de emergencia (puesta en funcionamiento de los todos
los intermitentes). Las puertas de servicio disponen de barras para facilitar
las operaciones de subida y bajada.
En cuanto a los asientos, es
importante resaltar el uso del cinturón. Los asientos ubicados frente a huecos
de escalera, o aquellos que no estén protegidos por el respaldo de otro, deben
contar con un elemento fijo de protección. Si estos asientos van ocupados por
niños de cinco a once años, los cinturones tendrán tres puntos de anclaje y
dispondrán de cojines elevadores.
Respecto al trayecto, la
duración máxima del tiempo de viaje en cada sentido no debe exceder 1 hora. Los
recorridos y las paradas deben estar previamente autorizados, y siempre debe
circular a una velocidad 10km/h menor que la establecida en la vía.
En la ruta escolar es
obligatorio que el conductor disponga del carné de conducir correspondiente al
vehículo que lleva. De igual forma, es obligatoria la presencia de un
acompañante cuando el 50% de los alumnos transportados tengan menos de 12 años
o se trate de un centro de educación especial.
El acompañante debe llevar
chaleco reflectante, y es quien asigna las plazas a los alumnos. En las
bajadas y subidas de los niños al
vehículo, el acompañante debe bajar primero y comprobar la seguridad del
acceso. La mayor parte (90%) de los accidentes se producen cuando los niños
suben y bajan del autobús, lo cual se puede prevenir con la presencia del
acompañante.
También las paradas deben
ser más seguras, tras la instrucción emitida por la DGT el pasado año para que
se elaboren informe que consigan una homogeneización de los mismas y aseguren
una realización del transporte escolar en adecuadas condiciones de seguridad
vial para los dos colectivos implicados: vehículo-autocar y peatones-escolares.
Acceso al colegio andando o
en vehículo particular
Si el traslado de casa al
colegio no es en ruta escolar, siempre hay otras opciones que el padre puede
considerar. El niño puede ir al colegio en un vehiculo particular o a pie, por
lo que se deben considerar algunas normativas para la prevención de accidentes.
Cuando se trata de un
vehículo particular, es imprescindible que el niño vaya correctamente sentado
sujeto con el cinturón de seguridad o con los sistemas de retención
homologados. Según datos de la DGT, no llevarlo aumenta por cinco las
posibilidades de sufrir lesiones mortales. 9 de cada 10 lesiones infantiles
pueden evitarse con el uso de éstos dispositivos.
Desde la Fundación CEA
recordamos que por muy corto que sea el trayecto, es muy importante que todos
los ocupantes del vehículo utilicen los sistemas de seguridad adecuados, ya que
estos salvan vidas, y en caso de colisión, a una velocidad de 50 km/h, un niño
de 20 kilos de peso que viaje sin ningún tipo de sujeción, se golpearía contra
el parabrisas con una fuerza equivalente a 500 kilos.
Si los niños van caminando
al colegio, deben ir acompañados de un adulto que les enseñará a cruzar siempre
por los pasos de peatones, mirando a ambos lados de la calzada, a prestar mucha
atención a la hora de cruzar la calle, para que no salgan corriendo, saltando o
jugando, pues corren el riesgo de caerse en medio de la carretera. Cuando
caminen por la acera, el niño debe ir por el lado interno, lo más alejado
posible de los bordillos, prestando atención a las entradas y salidas de los
garajes.
Nunca se debe caminar entre
vehículos estacionados, el riesgo de un accidente es alto, ya que la
visibilidad es reducida tanto para los peatones como para los conductores,
debido a que su campo de visión abarca sólo 120º.
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