La visión combinada de los
aficionados a los deportes de motor de toda Europa da como resultado un “coche
de carreras del futuro” propulsado por hidrógeno, con cuatro motores eléctricos
que evolucionarán hasta cargarse por inducción
Una carrocería adaptable
permitirá que el coche cambie de forma
durante la carrera para mejorar su aerodinámica
Los neumáticos inteligentes,
no sólo se comunicarán con el coche, el piloto y el equipo, sino que adaptarán
la suspensión y proporcionarán un agarre variable que se ajuste a la posición
en la pista y a las condiciones meteorológicas
El Sistema de Recuperación
de Energía (ERS) será capaz de recuperar el 100% de la energía de frenado y
será más eficiente que los frenos tradicionales, eliminando la necesidad de
discos de freno
Para ver cómo el diseñador
de coches Sergio Rinland crea y comenta su propio diseño: bit.ly/FutureRaceCar
Madrid, 31 Julio 2014 - Como
parte del proyecto de diseño colaborativo
‘Dunlop Future Race Car Challenge’, la marca líder de neumáticos ha
reunido las opiniones de expertos del sector y aficionados a los deportes de
motor sobre cómo será el coche de
carreras del futuro.
Como culminación de esta
innovadora campaña de diseño, Dunlop ha contado con la ayuda del renombrado diseñador
de coches de competición para Grandes Premios
y Le Mans, Sergio Rinland, que ha
revisado las ideas enviadas por los aficionados de toda Europa sobre el futuro
de la transmisión, la aerodinámica, los frenos y los neumáticos, combinándolas
en un diseño innovador.
La transmisión eléctrica, la
navegación por cámara, la carrocería
adaptable sin necesidad de alerones para mejorar la carga aerodinámica, los
neumáticos inteligentes y el ERS, que sustituye a los frenos de disco, son sólo
algunos de los elementos del “coche de carreras del futuro” diseñado por Sergio
Rinland.
Transmisión
El vehículo ha sido diseñado
con cuatro motores eléctricos que en principio se situarían dentro del
vehículo. Según avance la tecnología y los motores sean más ligeros y potentes,
pasarán a situarse en el exterior, como motores sobre las propias ruedas,
proporcionando incluso más flexibilidad al diseño del coche.
Con un motor individual por
rueda, el coche tiene la capacidad de vectorizar el par motor sobre cada rueda.
Esta posibilidad mejorará el rendimiento aerodinámico y el uso de los
neumáticos, pues ya no será necesario que las ruedas giren cuando se aproxima
una curva.
Inicialmente, este diseño
incorpora a bordo un generador de electricidad por pilas de hidrógeno, con una
pequeña batería de iones de Litio como respaldo de la alimentación. Según se
desarrolle la tecnología, este diseño tiene la posibilidad de incorporar a
bordo paquetes de carga por inducción. Las competiciones en circuitos cerrados
podrán disponer en el futuro de la infraestructura necesaria para carga por
inducción, permitiendo a los coches que corran sin tener que llevar la energía
a bordo, lo que hará que este vehículo sea incluso más ligero y eficiente.
Aerodinámica adaptable
El coche ha sido diseñado
con materiales eléctricos en su laminado de materiales compuestos . La
carrocería adaptable permitirá al coche cambiar de forma con el fin de reducir
la resistencia aerodinámica en los tramos rectos, aumentar la fuerza hacia el
suelo en las curvas y controlar todas las necesidades de refrigeración que
aparecen mientras el coche corre. Además, al incorporar nanopartículas en esos
materiales compuestos, la estructura del coche tendrá una resistencia más
fuerte, siendo más ligero y seguro.
La utilización de cámaras y
pequeñas pantallas (instaladas dentro del habitáculo) darán al piloto una
visión periférica de 360°, mucho mejor que la visión a través de los
tradicionales espejos retrovisores, con lo que se refuerza la seguridad al
tiempo que se reduce la resistencia aerodinámica.
Neumáticos inteligentes
Utilizando la tecnología que
Dunlop está actualmente desarrollando, los neumáticos tendrán sensores internos
que enviarán información a los sistemas de control; estos podrán así adaptar la
suspensión, la transmisión de potencia y los sistemas de frenado, aprovechando
los neumáticos al máximo.
Mediante la incorporación de
materiales inteligentes como los usados en la carrocería, los neumáticos serán
capaces de controlar su temperatura y presión, así como cambiar de forma. Esto
dará como resultado una menor resistencia a la rodadura y menor resistencia
aerodinámica inducida en las rectas, así como mayor área de contacto con la
pista en las frenadas y las curvas.
Por otra parte, al llevar
neumáticos que se adaptan por sí mismos a las circunstancias y al
medioambiente, no será necesario cambiarlos debido a las condiciones
meteorológicas ni al desgaste. Durarán toda la carrera.
Sistemas de Recuperación de
Energía
No se usarán frenos en los
que se desperdicie energía; toda la energía de frenado se recuperará y
almacenará en volantes y/o súper condensadores para ser utilizada en momentos
de picos de potencia durante la carrera.
La electrónica y los
sistemas de control habrán avanzado hasta tal punto que el piloto evolucionará
para ser más bien un “operador del vehículo”. Esta evolución es similar a la
que hemos visto en los últimos 30 años, ¡no digamos lo que será en 125 años!
Para ver el diseño de Sergio
Rinland y conocer mejor cómo es el “coche de carreras del futuro”, puedes ver
el vídeo que aparece en: bit.ly/FutureRaceCar
El debate sobre el futuro
del deporte de motor continúa en Twitter - conéctate ahora en #DunlopFutureCar
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