Una
ilusión creada por la mezcla de formas y volúmenes que recuerdan a los célebres
antepasados, desde la V750 S3 a la que recuerda en los bordes y sus paneles
laterales, o a la V7 Sport a la que recuerda en las formas del depósito de
combustible de metal, de 22 litros de capacidad.
Muchas
son las citas típicas al estilo que más en boga estaba en los setenta: los
silenciadores tipo puro, los relojes del cuadro de instrumentos, el sillín
alargado, las letras de Moto Guzzi sobre la tapa de las válvulas, los
guardabarros e incluso la forma de los faros.
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Si hay algunos detalles estéticos que
traicionan su contemporaneidad, son muchos los puntos fuertes de su constante y
equilibrada evolución tecnológica: la nueva Moto Guzzi V7 puede recorrer 100
kilometros con cuatro litros de gasolina sin plomo, con un contenido programa de
mantenimiento cada 10.000 Km, y se puede conducir desde los dieciocho años. En
resumen son bellas, italianas, atractivas, fiables e inteligentes. Pero lo que
las hace irresistibles, hasta el punto de que ahora son un éxito de ventas y de
producción de Mandello del Lario, es que son motos únicas, con un estilo
construido sobre tres pilares: el motor V-twin de 90 grados, el bastidor de
doble cuna y su celebérrima transmisión final por cardan.
Conduciéndola se consiguen sensaciones
dinámicas y acústicas especiales: las V7 son fáciles y divertidas de conducir,
independientemente de la velocidad, del asfalto y del modelo elegido. Ya sea
una Stone, una Special o una Racer todas se ajustan a pilotos de cualquier
condición y experiencia. Aquello que las diferencia, remarcado aún más en las
versiones 2014, es su carácter.
La V7 Stone, ahora completamente en negro,
resalta su esencia minimalista y su carácter metropolitano, la V7 Special es
más conformista en sus gráficas "Essetre" que reedita las primeras V750
dotadas de freno de disco y luego está la refinadísima Racer, que se confirma
como la más hedonista de todas ellas. Para todas, la única novedad en común es
de tipo técnico, un nuevo volante de inercia en baño de aceite sustituye el
alternador anterior en seco, modificando ligeramente la parte delantera del
motor bicilíndrico en V 90 ° con una nueva cubierta más compacta y agradable.
V7
STONE: "LOOK" COMPLETAMENTE NEGRO
Ecléctica y esencial, la V7 Stone recibe un
nuevo acabado que resalta su naturaleza minimalista. El concepto de conducción
que convierte al modelo más accesible entre las V7 es su aspecto completamente
negro, transformando también sus cromados en negro, con la única excepción del
motor, que conserva sus cromados en las aleaciones de metal y también en el
sistema de escape.
En el resto de la moto, desde los espejos
retrovisores a los amortiguadores, los guardabarros, las tapas laterales,
triunfa el negro. Con un "look" así, es suficiente con cambiar el
color del depósito para exprimir al máximo la personalidad de la moto:
deportiva con el nuevo "Rojo Corposo", elegante en su satinado
"Verde Ágata", y metropolitana en su apreciado "Nero Ruvido”
La característica técnica que diferencia a
la V7 Stone de sus hermanas mayores son las ruedas en aleación ligera, más
modernas.
V7 SPECIAL 2014: SIEMPRE MÁS AÑOS SETENTA
Tras la V7 es la que más se aproxima al
espíritu original de su progenitor, comenzando por sus gráficas, bautizadas
"Essetre" como en la V750 de 1974 y que introdujo, por primera vez en
una Moto Guzzi, el freno de disco. La V7 Special está disponible sobre dos
bases cromáticas: en plata metalizada con bandas negras, elegante y refinada, o
también en negro con bandas naranjas, que reeditan fielmente los colores de su
ancestro.
El logo en el depósito de combustible
continúa siendo el histórico en relieve, mientras que las llantas están
acabadas en negro y cromado. Al contrario que en la Stone y la Racer, la V7
Special no tiene protecciones en las barras de horquilla como sus hermanas.
V7 RACER 2014: GENUINA
"GENTLEMAN" DE CARRERAS
Producida en edición numerada, como revela
su tarjeta de identidad sobre la tija superior de la horquilla, la V7 Racer
llega a su tercera edición. Se la puede reconocer de inmediato por su aspecto
completamente negro en las tapas laterales, los espejos retrovisores, soportes
de los silenciadores de escape y los guardabarros.
El resultado es un precioso contraste con
el brillante depósito cromado de 22 litros. Manteniendo la placa portanúmero
tanto sobre el faro como en el colín con el número "7" (que en Moto
Guzzi es el del campeón del mundo de 250 c.c. Enrico Lorenzetti), pero ahora es
cromado en lugar de blanco. Nuevo es también el asiento monoplaza (pero también
está disponible un asiento biplaza y los estribos para el pasajero) forrado en
alcántara y cuero con los mismos colores que la cinta personalizada con el logo
de Moto Guzzi que recorre el depósito de combustible.
Siempre atractivo el chasis en color rojo,
inspirado en las primeras serie de V7 Sport con el chasis de cromomolibdeno,
fruto del especial tratamiento de la pintura que también se aplica sobre los
cubos de las ruedas y el basculante, con el que se logra resaltar la pureza
arquitectónica del chasis. Rojo es también el nombre Moto Guzzi que resalta en
las llantas, como ya se ha visto en la última versión de la California Custom.
De
la escuela estilística de Moto Guzzi son tanto la cúpula como el colín, en los
que destacan los pqueños soportes de plexiglas para los números, con su
legendario frontal remarcado por un estilístico y deportivo guardabarros
delantero. Tras los elementos distintivos de esta "edición especial"
hay un extenso uso de elementos en aluminio anodizado en negro perforado, una
elaboración artesanal de gran factura en su realización que caracteriza los
laterales y protege los inyectores y los soportes de los silenciadores.
Entre las valiosas piezas artesanales
también se encuentran las estriberas ajustables o la tija superior de dirección
aligerada y las protecciones realizadas con un doble anillo cromado que la hace
parecer una joya ornamental.
Particularmente satisfactoria, no sólo
desde el punto de vista estético, sino incluso como solución dinámica, es la
presencia de los dobles amortiguadores Bitubo WMY01 dotados de regulación de la
precarga del muelle tanto en extensión como en compresión, regulable en doce
posiciones.
Una moto para pilotar en solitario con mono
de cuero negro y con el riguroso casco y guantes más acordes con la época a la
que recuerda.
LA
CICLÍSTICA
El chasis de doble cuna, con los elementos
inferiores atornillados, es un elemento clave del proyecto V7. Se trata de una
unidad de legendaria solidez y rigidez gracias al ángulo de dirección con una
inclinación de 27°50’, un ángulo de incidencia que asegura la estabilidad y
precisión en los cambios de dirección.
La horquilla telescópica con barras de 40
mm tiene un recorrido de 130 mm y está dotada de unos guardapolvos de goma
tanto para el modelo Racer como Stone.
Los amortiguadores posteriores, para la V7
Stone y la V7 Special, son regulables en la precarga del muelle con una
extensión de 118 mm, mientras que en la Racer se distinguen los refinados
amortiguadores Bitubo WMT de gas dotados con depósito separado. La frenada se
confía a un disco anterior de 320 mm. y uno posterior de 260 mm.
Las tres versiones se diferencian también
por las ruedas: en aluminio ligero con diseño de seis radios desdoblados para
la V7 Stone, de radios anodizados en aluminio y llanta negra para la Special y
también para la Racer, que se diferencia por la inclusión en tinta roja como la
del chasis del logo de Moto Guzzi en rojo sobre el flanco de la llanta.
EL
MOTOR
El proyecto original del motor se remonta a
1977, año del debut de la afortunada Moto Guzzi V50.
Desde
entonces el motor ha estado en constante progresión y experimentando con
cilindradas entre los 350 y los 750 c.c., pasando de la alimentación por
carburadores a la inyección electrónica, pero siempre continuando fieles al
genial esquema introducido en el proyecto original por el ingeniero Lino Tonti.
La última evolución ha abandonado definitivamente las aletas cuadradas, detalle
de la producción de los años ochenta, recuperando una solución térmica con
formas más redondeadas, que recuerdan la primera generación de bicilíndricos de
Mandello del Lario.
También la tapa de las válvulas es un
tributo a los V7 originales, realizado en aluminio, recupera fielmente el
nombre de Moto Guzzi sobre la misma, al igual que en el nuevo volante de
inercia en baño de aceite
Pasando de la estética a la técnica, el
pequeño bloque de 744 c.c. es la antesala de una serie de innovaciones
tecnológicas que distinguen a la nueva serie de motores de Mandello. Como es el
caso del cuerpo de inyectores simple y el colector de alimentación recto en
forma de Y, introducido con la V7 y luego empleado en la California 1400. En la
V7 el sistema es un Magneti Marelli MIU3G de 38 mm de diámetro con colector
realizado en caucho acanalado (diámetros de 36 y 39 respecto al grupo inyector
y el cuerpo motor). Otra de las características es la bujía en posición central
con 10mm. de diámetro y electródo prominente.
A la eficiencia general del propulsor ayuda
la alta relación de compresión de 10.2, las aletas de los cilindros que
permiten una temperatura media de trabajo mejor y la generosa caja del filtro
de aire, pensada para optimizar las exigencias del bicilíndrico de Mandello al
respirar. Más que por su potencia máxima, el pequeño bloque motor brilla por su
robusto par motor, que logra un pico máximo de 60 Nm a sólo 2.800 rpm limitando
así el uso del cambio y el consumo, para recorrer 23 Km/l más en ciclo
combinado. El cambio es el tradicional de cinco velocidades, como también la
transmisión final por cardan, garantía de fiabilidad, seguridad, comfort,
limpieza y ausencia total de manutención
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