Una
ilusión creada por la mezcla de formas y volúmenes que recuerdan a los célebres
antepasados, desde la V750 S3 a la que recuerda en los bordes y sus paneles
laterales, o a la V7 Sport a la que recuerda en las formas del depósito de
combustible de metal, de 22 litros de capacidad.
Muchas
son las citas típicas al estilo que más en boga estaba en los setenta: los
silenciadores tipo puro, los relojes del cuadro de instrumentos, el sillín
alargado, las letras de Moto Guzzi sobre la tapa de las válvulas, los
guardabarros e incluso la forma de los faros.
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