El Volkswagen Beetle actual,
el Escarabajo del siglo XXI como podríamos definirlo tras el pequeño fiasco del
“nuevo Bettle” lanzado al mercado a finales de los años noventa, es un coche
muy especial. Tiene una estética muy chula, con un toque retro, emplea un
bastidor de Golf, que es de lo mejor del mercado y con unas mecánicas
eficientes. Un cóctel casi perfecto, aunque este motor 1.6 TDi se queda algo
justo.
El Bettle Cabrio es un muy
buen coche que en esta versión Cabrio suma aún unos cuantos enteros en su
posicionamiento. Un coche para comprar, que es un auténtico capricho por su
estética diferente y desenfadada, pero que sirve perfectamente para el uso
diario, tanto en ciudad como en trayectos interurbanos.
La anterior generación del
Escarabajo, a la que se asignó la denominación de New Beetle, no consiguió
cubrir las expectativas que para el sucesor del legendario modelo alemán se
habían suscitado en Volkswagen. Una estética poco fiel a la del clásico “coche
del pueblo” y un comportamiento en carretera poco agraciado hicieron que el
anterior modelo no tuviera todo el éxito que se esperaba.
Pero Volkswagen decidió
solucionar la situación y se puso a trabajar en un nuevo modelo para sustituir
al coche de leyenda de todo el último medio siglo en Europa y en todo el mundo.
En 2011 llegó el Beetle del siglo XXI, que no mantenía nada del modelo de
finales de los años noventa. Y este si que era un fiel heredero de aquel
vehículo que durante años llenó las carreteras de todo el mundo y que hoy en
día sigue tan vivo como cuando inició su desarrollo Ferdinand Porsche.
El Escarabajo es uno de los
vehículos legendarios del mundo del automóvil. Fue durante años el coche más
vendido en Europa ya que durante su vida se vendieron más de 21 millones de
unidades en todo el mundo. Conocido como Escarabajo en España, pero igualmente
famoso como Käfer, Beetle, Vocho, Coccinelle, Fusca, Maggiolino o quizás 甲 虫 como se le conoce en China,
es, junto con el Ford T, el Golf, el Fiat 500, el Porsche 911 o el Corvette una
leyenda del mundo del automóvil.
Si el Escarabajo es una
referencia, no lo es menos su variante Cabrio, un coche que se ha hecho famoso
en el mundo del cine, que es raro no ver alguno rodando cuando se recorren las
calles de alguna ciudad de Estados Unidos o cuando se ven imágenes de una
película ambientada en Norteamérica, donde fue un auténtico superventas durante
años. Y hoy en día aún se mantienen muchas unidades “vivas”.
Las proporciones del
Escarabajo del siglo XXI son diferentes a las de su antecesor. El nuevo mide
4,28 metros de largo (+16 cms), por 1,80 de ancho (+ 9 cms) mientras que su
altura se reduce en algo más de un centímetro hasta los 1,47 metros. Ahora, el
parabrisas va en una posición más retrasada y la línea trasera del coche si
recuerda más fielmente a la del clásico Escarabajo y su caída pronunciada hacia
atrás.
Ahora hemos podido hacer una
prueba del Beettle Cabrio actual, de una versión “decorada” y personalizada con
los colores de Swab Barcelona, que representa solo un ejemplo de decoración y
de personalización de este descapotable de Volkswagen. Y esto es algo a lo que
este coche se adapta a la perfección.
El coche es realmente
delicioso de manejar y sobre todo para disfrutar de él en todo tipo de
circunstancias. Con el techo abierto, operación que requiere solo 15
segundos, se tiene una sensación de
libertad como pocos vehículos ofrecen. Y vienen a la mente imágenes de aquellos
coches en los años setenta y ochenta, momentos delicados en los que el coche
era una vía de escape.
Su comportamiento es muy
bueno en lo que se refiere a su estabilidad, y es que es suficientemente bueno
para rodar por carretera bastante rápido, sin que la menor rigidez de su
carrocería abierta cree el menor problema al conductor. Además, la persona que se
sienta al volante tiene un información bastante buena, con un cuadro de
instrumentos muy bueno por su visibilidad, aunque quizá con pocos datos
disponibles. Pero el cuadro con los tres relojes es muy fácilmente visible.
También la visibilidad
exterior es muy buena, tanto si circulamos con la capota abierta como con ella
cerrada, aunque en este caso la visibilidad trasera desde el espejo interior
pierde algo en amplitud. La estética de todo el salpicadero recuerda
nuevamente, y mucho, a su antecesor legendario. Sobre todo con esa guantera
plana casi idéntica la del original.
Además, el acabado del salpicadero en chapa pintada del color de la carrocería
también es muy agradable.
Buen comportamiento, una
dirección de buen tacto y que transmite las sensaciones de la carretera al
conductor, aunque algo lenta, y un equipo de frenos más que suficiente para las
prestaciones del vehículo. Y el manejo del cambio, de cinco marchas, es también
bastante aceptable.
Su habitáculo es
suficientemente bueno, con las dos plazas delanteras muy buenas ya que a su
buena amplitud se suma el hecho de que sujetan muy bien el cuerpo cuando se
llega a una zona de curvas, mientras que las dos traseras son más que
suficientes.En cuanto a su maletero, es escaso, pero con sus 225 litros sirve
paara llevar un par de bolsas. Lo importante es que su capacidad no varía si
vamos con el techo abierto o cerrado porque la capota no se guarda en su
interior.
Pero llegamos a un momento
un poco delicado de la prueba, su motorización. No soy partidario de motores
muy potentes, por los estrictos límites de velocidad en las carreteras que
impiden sacar partido de todos los caballos disponibles, pero esta versión
diesel de 105 caballos se queda bastante justa para este coche.
Cuando pedí el coche para
hacer esta prueba pensé que este motor 1.6 diesel sería suficiente, porque lo
he utilizado en otros modelos de la marca Volkswagen y el resultado siempre me
ha resultado muy satisfactorio. Incluso en el Golf. Sin embargo, en este Beetle
Cabrio se queda muy justo.
Los 1.455 kilos que pesa
este coche, 160 kilos más que un Golf cerradosimilar, pueden ser un handicap
suficientemente importante para que el resultado no haya sido el esperado.
Además, a este “pero” se suma otro no menos importante, unos desarrollos demasiado
largos con los que este motor, con este peso del coche, no puede.
Y es que la caja de cambios,
una manual de cinco marchas tiene un desarrollo de 40 km/h en cuarta, mientras
que en quinta sube hasta los 55 km/h. Y la consecuencia es el que coche se mueve
con poca agilidad, le falta alegría, y solo apurando de más las marchas se
consigue algo más de brío, pero a costa de unos consumos mucho más altos. Y
rodando durante más tiempo en cuarta en lugar de poner quinta.
El resultado es que una
combinación perfecta de motor y cambio en otros modelos, como el Golf, o el
Polo, con unos consumos muy bajos, se ve penalizada en esta variante tan
llamativa. Su valor homologado en el ciclo combinado es de 4,7 litros, pero hay
que tener mucha paciencia y mucha tranquilidad en la carretera, para ser capaz
de lograr unas buenas cifras de consumo. De lo contrario estaremos cerca de los
siete litros o incluso por encima sin que además las prestaciones sean
elevadas.
Es un coche genial, una muy
buena alternativa para quien que busca un automóvil de capricho y que quiera
rememorar uno de los coches más legendarios de la historia. Pero a las personas
que piensen comprar uno, yo les aconsejaría mejor la variante TDi de 140
caballos, que esa sí que funciona con bastante más brío. Y si es posible, la
variante DSG de doble embrague para completar un buen capricho. Y si no se
van hacer muchos kilómetros, también
pueden servir las variantes TSi de gasolina.
Pero el coche, con la pequeña salvedad del motor de esta prueba es realmente
delicioso.
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