El mundo de las cuatro ruedas es uno de los que más mitos
y leyendas urbanas levantan a su alrededor. Y no sólo en lo que a su mecánica
se refiere, también en todo lo que rodea al sector del automóvil como tal. Pero
en los últimos años, una serie de datos y acontecimientos han contribuido a
desmontar, precisamente, muchos de estos mitos.
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Hoy, con la ayuda de un artículo de Alex Taylor, editor
de la Revista Fortune, repasamos cómo muchas percepciones generales que
permanecen en el imaginario colectivo social, acerca del sector del automóvil
global, caen por su propio peso con sólo aportar unos pocos datos.
Mito nº1: la crisis se nota primero en las ventas de
coches
Durante décadas se ha tendido a pensar que las cifras de
compras de coches nuevos constituían el mejor indicativo de la situación
económica de un país y de la confianza de sus consumidores: los automóviles son
caros y su compra es, por regla general, aplazable. En resumen, al mínimo
síntoma de desaceleración económica, las entregas de coches se desplomaban.
Pero, en medio de la vigente crisis económica global, hay
un caso que constituye una gran excepción a esa supuesta regla: en Estados
Unidos, a pesar del lento crecimiento del PIB, de la alta tasa de desempleo o
de la presión fiscal sobre las clases medias, las ventas de coches y camiones
no dejan de crecer; en septiembre, crecieron nada menos que un 12,8% y las
previsiones apunta a que cerrarán el año en unas 15 millones de unidades. ¿A
qué se debe esto?
Según algunos expertos, el sector del automóvil está cada
vez más desligado de la coyuntura económica local. La razón se sitúa, según el
analista Tom Libby, en factores extraeconómicos que están llevando a muchos
fabricantes a crecer en Estados Unidos; como mejor ejemplo, Libby pone el caso
del gigante Toyota, con un gran peso en Norteamérica, que se encuentra en plena
recuperación de los devastadores efectos del terremoto y del tsunami del año
pasado.
Mito nº2: el mundo se está quedando sin petróleo
Llevamos décadas oyendo que el petróleo es un recurso
natural limitado que pronto desaparecerá, causando graves deficiencias a nivel
energético en todo el mundo. Sin embargo, un reciente informe del Real
Instituto de Asuntos Internacionales de Reino Unido afirma que la amenaza del
agotamiento del petróleo no es real y que, al contrario de lo que se piensa
generalmente, no nos enfrentamos a una cantidad finita de fuel, sino a la
necesidad de emplear mayores recursos que permitan acelerar la producción de
reservas aún sin explotar.
Lo sorprendente es que, debido a unos precios más altos y
a una mejor tecnología, se sigue encontrando más petróleo del que se puede
extraer. Bajo esta teoría, las políticas de reducción del consumo de
combustible fósil tendrían más implicaciones ecologistas que de carácter
logístico.
Mito nº3: los conductores americanos nunca comprarían
coches pequeños
Desde hace unos años hasta hoy, el músculo y la fuerza
que ha caracterizado tradicionalmente a los coches de los conductores
estadounidenses ha ido desapareciendo progresivamente. Factores como el
crecimiento del precio de la gasolina o el de los propios vehículos, el tráfico
en las ciudades o la dificultad a la hora de encontrar espacio para estacionar
han llevado a los consumidores en Estados Unidos a decantarse cada vez más por
coches de menor tamaño, en una especie de europeización del automóvil de EEUU.
Además, el tamaño va importando menos con el paso del tiempo en tanto que los
coches pequeños pueden ir igual de equipados y entregar semejantes prestaciones
a otros de mayor tamaño.
Las cifras así demuestran este 'downsizing' de moda en
Norteamérica: entre los 20 modelos más vendidos en el mercado estadounidense en
septiembre, hasta un total de diez eran coches y crossovers compactos o
urbanos; los coches pequeños acapararon en torno a una quinta parte del volumen
total de ventas, su mejor resultado en los últimos 20 años.
Mito nº4: las automovilísticas sufren cuando no se abren
a nuevos mercados
Con la situación de crisis de demanda y sobrecapacidad
productiva por la que atraviesa el mercado europeo, muchos fabricantes han
decidido expandirse rápidamente a los países en rápido desarrollo del bloque
BRIC (Brasil, Rusia, India y China) para tratar de evitar así las pérdidas
generadas en el Viejo Continente.
Sin embargo, hay de nuevo otro caso, también en EEUU, que
pone en cuestión que la premisa anterior sea la solución: cabía esperar que
Ford, con su lento y tardío desembarco en China, sufriera las desventajas de su
fuerte dependencia del mercado estadounidense; y, sin embargo, podría haber
salido reforzado de esa situación. Se estima que un porcentaje cercano al 100%
de los beneficios de Ford, que ha perdido 1.000 millones de dólares en Europa
en el último año, proviene de las ventas en EEUU de su pickup F-150.
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