A menudo se tiene la sensación de que las grandes
empresas no son lo suficientemente solidarias en consonancia a sus ingresos.
Pero hay excepciones: por ejemplo, la de General Motors, que ha decidido donar
los retales de la tela que usa como aislante sonoro en la producción de sus
coches a la fabricación de abrigos destinados a personas sin hogar.
Esta solidaria acción no surge, sin embargo, de la
iniciativa del fabricante estadounidense sino que nace de la propuesta de
Veronika Scott, que regenta una organización benéfica en Detroit. Ella misma
diseñó los abrigos y comenzó a fabricarlos en diciembre de 2010, dando empleo a
ocho mujeres homeless (como se conoce en habla inglesa a las personas 'sin
techo'), y llegando a unos niveles de producción de 150 abrigos al mes.
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"Entre los desafíos -desde el diseño hasta la
financiación del proyecto-, la tela aislante es lo más caro en la producción de
los abrigos", destaca Scott. "Con la ayuda de GM y sus
recomendaciones, he sido capaz de pensar en los materiales de un modo
diferente", reconoce.
El material en cuestión, una fibra sintética que funciona
como aislante acústico conocida como Snozorb, es habitual en diferentes formas
en la fabricación de coches y puertas. Hasta el momento, GM ha donado ya más de
1.800 metros de esta tela, suficiente para producir 400 abrigos.
No es la primera vez que se le encuentra otros usos al
Snozorb. Ya en 2010, este material fue empleado en el desastre ecológico tras
el vertido petrolífero de BP al Golfo de México por su capacidad para absorber
el fuel.
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