El sector europeo del automóvil
soporta más de cien normas que afectan a todos los mercados, así como las
especificaciones de cada país. Los ministros de Industria de los 27 hacen
frente común con los fabricantes para pedir que se estandarice la normativa y
la fiscalidad del sector.
El galimatías legal que regula el motor en
Europa encarece la producción y distribución de automóviles, por lo que su
simplificación se ha convertido en una de las prioridades dentro del plan
estratégico del sector elaborado por Cars21, una plataforma de encuentro entre
marcas, expertos y ministros.
En su informe, los fabricantes señalan que
para conseguir avances notables en el ámbito legal, es imprescindible que se
plantee "una integración real de la regulación entre países", de tal
forma que se evite la doble legislación y la normativa se rija por un criterio
de coste efectividad.
"La crisis económica ha puesto sobre
la mesa la importancia de la industria europea del motor y la necesidad de que
mantenga su base industrial en Europa; para ello, los legisladores deben hacer
un esfuerzo para colaborar en sus diferentes áreas y tener en cuenta su
capacidad para incidir en la competitividad del sector", añaden los
fabricantes en su informe.
La petición de una fiscalidad más suave y
homogénea está avalada por los ministerios de Industria de los Estados que
integran la Unión Europea. En el Viejo Continente, el sector del automóvil
emplea a 12 millones de personas y mueve 92.000 millones al año.
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