GRANDES ESPERANZAS
Entramos en unas fechas
alegres por la simbología que resplandece en las calles y en las casas. Somos
muchos los que vivimos intensamente estos días. Las familias se reúnen para
compartir lo mejor, y lo peor del año, otros, solo para abrazar a sus seres más
queridos, y otros sencillamente pasan olímpicamente de estos días, y buscan
difícilmente un rincón para abstraerse de todo cuanto rodea a las navidades.
Así es, las alegrías y las
tristezas se dan la mano en todas las familias, sobre todo, porque siempre
falta algún ser querido a la mesa, y los recuerdos se amplifican mientras las
vivencias vuelven, y afloran nuevamente para deleite y lágrimas de los más
sensibles.