GRANDES ESPERANZAS
Así es, las alegrías y las
tristezas se dan la mano en todas las familias, sobre todo, porque siempre
falta algún ser querido a la mesa, y los recuerdos se amplifican mientras las
vivencias vuelven, y afloran nuevamente para deleite y lágrimas de los más
sensibles.
Entre comidas y regalos,
disfrutamos de la Nochebuena y de la Navidad, junto al pesebre y al árbol
adornado, ponen las luces en casa que nos invitan a celebrar que estamos juntos
nuevamente. Atrás quedaron malas experiencias que marcamos en el calendario,
trabajo, salud, y un sinfín de incompetentes que nos han hecho en el año, vivir
malas experiencias que quedaron atrás.
Ahora, entre mazapanes y
comidas tradicionales, todo parece que aparcamos las malas fechas, y sentimos
la adrenalina que se viene arriba, entre el anís, el coñac, turrones y mantecados
que, de verdad, saben a gloria.
Ahora, la guinda sería que, el día 22, nos tocara la Lotería, y entonces, “Las
grandes esperanzas”, no las de Dickens, sino las
nuestras, harían que nuestro saldo del año fuese positivo, sobre todo en
nuestra cuenta de resultados, después de tantos apuntes negativos en nuestro
libro de diario. Las subidas de la alimentación, la luz, el gas, averías,
coches y los impuestos variados, y las hipotecas que no tienen por la calle de
la Amargura. Pues bien, como el que no quiere la cosa: regalos, comidas y algún
que otro viaje nos animaría si los niños de San Ildefonso tienen la dicha de
encontrarse con nuestro número de la lotería, haciendo coincidir con uno de los
premios gordos e ilusionantes.
Petardos ensordecedores hacían
de la Navidad que amigos y vecinos, brindáramos
un año más, por desearles muchas felicidades entre villancicos, “Campanas sobre
campanas”, “Pero mira como beben los peces en el río”, y los “Campanilleros” de
la Niña de la Puebla, que recorrían los sentimientos más a flor de piel de una
sociedad sin grandes dispendios, pero con la dignidad y la integridad intacta.
Ya quedaba menos para que, en
la pizarra del colegio, a todo lo ancho, podíamos leer, escrito a tiza,
“FELICES FIESTAS”, así era el pistoletazo de salida a una Feliz Navidad.
Pepe Bejarano
todomotornews@gmail.com
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