VERANO DEL 22
Las mejores historias personales se han escrito durante la estación veraniega, salvo casos singulares que me constan, también han existido y existirán. Los días más largos, los diálogos eternos, las experiencias vacacionales dilatadas como cualquier helado, que se va derritiendo, poco a poco, por las altas temperaturas. Parece que en esta estación del año las historias se van extendiendo como un abanico que se abre para aliviar el calor.