Las ventas de automóviles
amortiguan su caída en junio, pero confirman el descenso semestral más acusado
desde que hay registros (-50,9%)
Lo peor parece haber pasado en
la industria del motor, pero como en casi todos los sectores tras la crisis
sanitaria, quedan incógnitas por despejar. De momento, junio ha respondido al
desfibrilador de la nueva normalidad con una caída (-36,7%) que en cualquier
otro momento habría desatado el pánico.