En junio de 1913, don Carlos
de Salamanca, importador de Rolls-Royce para España y gran amigo de Henry
Royce, y Eric Platford, piloto de pruebas jefe de Rolls-Royce, se preparaban
para el primer Gran Premio de España. Este primer acontecimiento se rigió por
las normas de las competiciones de turismos, por lo que se utilizaron vías
públicas en un recorrido de 100 kilómetros que rodeaba la sierra de Guadarrama,
cerca de Madrid, cruzando Valladolid.
Esta vuelta se tenía que
recorrer con maestría tres veces.
El Gran Premio finalizó el
15 de junio de 1913 con un emocionante resultado para Rolls-Royce: don Carlos
ganó el Gran Premio y Eric Platford quedó en tercer lugar.