LA FÁBRICA DE HINCKLEY HA MARCADO EL CORAZÓN DE MILLONES
DE APASIONADOS AL MOTOR DESDE HACE 110 AÑOS
La pasión por las dos ruedas del fabricante de motos
británico, junto a la calidad de sus creaciones, ha llevado a Triumph a
convertirse en una marca legendaria que se popularizó gracias a las grandes
estrellas del mundo del cine y la música de los años ‘70. Atraídos por el
estilo de vida diferente y los valores intrínsecos de una firma como Triumph,
actores como Steve McQueen, Marlon Brando o James Dean quedaron encandilados
por modelos como la Bonneville, que se reencarna nuevamente en aquellos tiempos
gracias al lanzamiento de dos nuevas ediciones especiales.
Desde el nacimiento de Triumph en 1902 con su primera
motocicleta, la actividad en la fábrica de Hinckley se ha mantenido fiel a su
pasión por la tradición, la innovación y el detalle. Gracias a ello, junto a su
completa gama de motocicletas, la firma británica ofrece verdaderos modelos de
edición limitada con sabor vintage. Motos que incorporan todo el magnetismo
clásico pero que además cuentan con la tecnología más actual, como la
Bonneville T100 110 aniversario SE o la Bonneville Steve McQueen.
La atracción por los modelos británicos no es algo que se
limite a la actualidad. Hechizados por la exclusividad de Triumph, numerosas
estrellas del celuloide y del rock de la década de los ‘60y ‘70 se convirtieron
en fieles seguidores y prescriptores de la mítica marca. Personajes de carácter
rebelde como James Dean o Marlon Brando lucían con orgullo sus monturas
inglesas, y dejaban así un poso de leyenda que ha marcado hasta hoy la imagen
de esta firma centenaria. Pero sin duda alguna el mejor embajador de la marca
fue Steve McQueen. El actor norteamericano paseó la imagen de Triumph por todo
el mundo.
Conocido por sus papeles en la gran pantalla, el icono de
Hollywood tenía una estrecha relación con la firma británica. Durante sus
estudios de interpretación McQueen se ganó la vida, entre otras cosas,como
piloto de carreras de motos, participando en numerosas competiciones
internacionales a los mandos de su moto preferida, la Triumph TR6 Trophy. El
idilio entre McQueen y Triumph quedó perpetuado con su participación en una de
las cintas más famosas de su filmografía: La gran evasión (1964), una película
en la que “the king of cool” aparecía escapando de los nazis en su TR6.
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