El 911 GT3 R comparte con su
hermano de producción el característico techo de doble bóveda y una
distancia entre ejes que se ha alargado en 8,3 centímetros en comparación con
la generación anterior. Esto garantiza un mejor reparto de pesos y un
comportamiento más predecible, especialmente en curvas rápidas, respecto al GT3
R previo.