Como siempre, iba tan
tranquilo disfrutando de un paseo hacia un centro comercial, y me encuentro que
me adelanta un vehículo por la derecha. Cuál es mi asombro, que se trata de una
hormigonera y lo hace a una velocidad superior a la que permitía la vía, que
era de 30 km/h.
Comento con mi acompañante,
la frase típica y tópica del día, como decía mi amigo y cantautor sevillano, el
genial Paco Herrera en una de sus canciones. “Van como locos”.
Pensé que el hombre debía de
tener mucha prisa, que probablemente tendría un problema personal o que debía
de llegar a su destino sin falta y con premura antes del mediodía.
En fin, elucubraba una razón
que le eximiera de responsabilidad al alocado conductor de la hormigonera. Pero
al final pase a otra cosa y no de di más importancia.
Pero, como en esto de la
conducción es igual que en todos los órdenes de la vida. Antes o después uno
tropieza siempre con la misma piedra; y
así fue, el conductor de la hormigonera, volvió a sorprenderme
desagradablemente.
Delante de mí a unos cien
metros, existía un cruce regulado por semáforos, donde los vehículos de la
izquierda por donde yo iba circulando se encontraban detenidos, por
indicaciones del semáforo que se encontraba en rojo. Ese carril está ocupado
por los vehículos que íbamos a girar a la izquierda.
El carril de la derecha se
encontraba libre, sólo ocupado por la hormigonera que me había adelantado por
ese carril anteriormente. Poco después todos nos llenamos de estupor.
La hormigonera, llegó a la
altura del semáforo y saltándose el semáforo en rojo, hizo un giro a la
izquierda por delante de nuestros ojos y dejándonos a todos los conductores con
la boca abierta, ¡no podíamos dar crédito a lo que acabábamos de presenciar!
Poco después, se puso el
semáforo en verde y ninguno de los conductores que estábamos en vía éramos
capaces de arrancar.
Estábamos procesando
todavía, la locura que habíamos presenciado. Donde el insensato conductor de la
hormigonera, había puesto en peligro la vida de todos los que transitaban en
ese momento por ese cruce.
Casos como éste, o parecidos
se dan cada día por nuestras carreteras. Lamentable, deplorable, hasta
delictivo, pónganle los adjetivos que deseen esto no puede ocurrir. Hay
verdaderos homicidas a volante de un vehículo. Hay cientos de casos cada día,
escribanos y envienos, sus HISTORIAS AL VOLANTE a todomotorsevilla@gmail.com, si somos capaces de
despertar alguna conciencia. Lo daremos por satisfecho.
Buena jornada a todos.