El
pleno del Parlamento Europeo ha aprobado este martes la norma que obliga a los
fabricantes de coches a reducir las emisiones de CO2 de los vehículos hasta 95
gramos por kilómetro de aquí a 2020, si bien prevé disposiciones que la flexibilizan,
tal como reclamaba Alemania y han criticado los grupos ecologistas.