La Comisión Europea ha dado un
inesperado giro en su tratamiento del fraude del diésel. Y tras varios meses
esquivando el caso, Bruselas parece ahora decidida a asumir el liderazgo en la
aplicación a rajatabla de las normas sobre emisiones infringidas impunemente
por Volkswagen. La CE también endurece el tono en relación con la protección
del consumidor y acusa al fabricante alemán de “falta de voluntad” para dar una
solución a los clientes europeos.